Semana Santa Valverde 2019

Viernes de luto, soledad y lluvia para la Hermandad de los Negros

  • La cofradía tuvo que cobijarse en su recorrido en la iglesia de Nuestra Señora del Reposo

Las Tres Marías.

Las Tres Marías. / Monterroso (Valverde)

Con presencia de un luto riguroso avanzó el Viernes Santo por las calles de Valverde del Camino. Al paso del Santo Entierro de Cristo le acompañó el palio de la Virgen en su advocación de soledad. Qué contradicción cuando hay tanto devoto a sus pies y a los pies de la Hermandad de los Negros, como se conoce coloquialmente a esta cofradía.

Portando el sudario de Cristo repite la Verónica. En esta procesión, la novedad viene de la pena de las Tres Marías, representadas por tres mozas valverdeñas (Ana Mora Vélez, Rocío Gallego Lazo y Amelia Domínguez Corralejo). Son otros de los secretos mejor guardados de la Semana Santa valverdeña.La Urna y la Soledad desafiaron el tiempo y bajaron por el mar de fieles que inundaba la cuesta del Santo. Sin embargo, a mitad del recorrido la lluvia sorprendió a la hermandad que tuvo que cobijarse en la Iglesia Nuestra Señora del Reposo. El Cristo Yacente aligeró el ritmo desde la carrera oficial de la Plaza Ramón y Cajal, mientras que la Virgen acortó el tiempo por la calle Don Rodrigo Caballero.

Tras unos minutos de espera, la cofradía retomó el camino hacia su templo con mayor celeridad en el paso. A partir de aquí ya nada fue como antes. La Banda Municipal de Almonte, que acompañaba al palio, se marchó; y un gran número de nazarenos decidió poner fin a la estación de penitencia. Los sones de la banda local salvaron el último tramo de una semana cofrade valverdeña en la que la incertidumbre climática ha sido, como en toda la provincia, la gran protagonista.

Pero nombrar al Señor del Santo en Valverde del Camino es invocar al silencio, el respeto y la oración. Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas se rencontró con los fieles valverdeños sin imposiciones climatológicas. A las 4 de la madrugada sonó ese cerrojazo en la ermita de San Sebastián que lo precipita todo. Minutos más tarde, la Hermandad de los Negros, como se le conoce popularmente, ya estaba en la calle para realizar su estación de penitencia por el trayecto habitual.

El acompañamiento de la Verónica es el otro gran atractivo del cortejo. Sólo quien se encarga de elegirla y su círculo más cercano de familiares y amigos saben de su identidad antes de que comience la procesión. Es una tradición y levanta gran expectación. Este año, la joven valverdeña encargada de portar el deseado sudario de Cristo –son muchas las que aspiran a conseguirlo– ha sido Elena Arrayás.El Señor del Santo, el Cristo de la Madrugá de Valverde, nunca está solo. Ningún espacio del recorrido es comparable a la bajada por la primera cuesta, la de San Sebastián. Le sigue una legión de devotos, que acompañan con el mismo silencio con el que levanta sus instrumentos la Banda Municipal de Música. Paso por la carrera oficial y parada en la iglesia, donde fluyen las oraciones.

Existen pocos datos históricos sobre el Cristo de las Tres Caídas. Siempre se ha afirmado que se trata de una talla anónima del siglo XVII. Fue en 1791 cuando llegó al municipio para sustituir a otra figura más pequeña y que se encontraba muy deteriorada en la ermita del Santo. El paso calza 35 costaleros. Sus nazarenos van ataviados con túnica y antifaz negros.

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