La Soledad no ve salir los pasos de la cofradía oficial
La hermandad de la céntrica ermita tenía las cosas claras y no pidió la hora de demora
UNA de las cosas que imprime la Semana Santa onubense es que cada jornada, de desfiles procesionales, tiene personalidad propia. Si hace tiempo se decía que el Viernes Santo era una jornada muy apagada, al menos en lo que respecta al seguimiento de público, desde hace alrededor de una década no es así y el Viernes marca su propio estilo en la Semana mayor de la capital.
Esta jornada, sin embargo, no puede entenderse sin la presencia de la Hermandad del Santo Entierro, la cofradía oficial de la capital y que tampoco pudo salir de su templo de La Soledad como consecuencia de las adversas condiciones meteorológicas.
Todos los cofrades onubenses sienten que, de algún modo, el Santo Entierro es la hermandad de todos y eso se volvió a plasmar el pasado viernes. La tarde era inclemente y oscura pero, aun así, la plaza de Nuestra Señora de las Angustias se fue ocupando de las representaciones de las distintas hermandades que se integran en el cortejo procesional.
En el interior, los tres bellos y personalísimos pasos del Santo Entierro, tenían toda su candelería encendida reafirmando el carácter austero de la ermita de La Soledad. Ya se sabía que la Fe había pedido una hora de demora para realizar su salida y que el Descendimiento andaba por el mismo camino aunque, según los horarios oficiales, el Santo Entierro salía una hora más tarde que la cofradía de San Pedro. Lo único que podrían alterar los cambios en las salidas -en concreto la del Descendimiento- sería el momento de la recogida en la que podría haber algunas coincidencias con el Santo Entierro, en algunos puntos del centro.
Pero nada de eso pasó. El hermano mayor de la cofradía de la ermita de la Soledad, José Mesa parecía tener las cosas muy claras y la decisión estaba prácticamente tomada aunque se esperó hasta las 19.15 para hacerla pública tal y como comentó a los medios de comunicación allí presentes. Y eso es lo que pasó. A esa hora, el hermano mayor anunció la suspensión de la procesión si bien se procedió a algunos actos que ya estaban previstos, como el de las primeras levantás.
La levantá de las Angustias la realizó Teresa Domínguez; la del Señor Yacente, el delegado municipal de Cultura, Manuel Remesal y finalmente, la del paso de palio de la Soledad de María, a cargo de la asociación de antiguos vecinos del barrio de San Sebastián, representada por Antonio Sánchez de Piña. El céntrico templo tuvo también momentos para el recogimiento espiritual de los cofrades que compartieron unos momentos de oración.
La frustrada salida impidió que las costaleras del Yacente, único paso portado por mujeres de toda la capital, pudieran celebrar su décima salida ya que la primera tuvo lugar en 2004. Además, este año, la cuadrilla contaba con dos nuevas capataces: Cinta Alemany y Sara Vergel, aunque fue el año pasado cuando se contó con la primera capataz.
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