Estudiantes tiene una marcada personalidad y eso se nota nada más entrar en San Sebastián. Tiene su sentido de hacer las cosas y es fiel a él. Ayer no fue una excepción y fue leal a la cita con su Martes Santo y con sus dos estaciones de penitencia, que realiza en las Hermanas de la Cruz y en La Concepción. La parroquia es punto de encuentro de cofrades que comparten o se reencuentran año tras año, ante la mirada del Señor de la Sangre y la Virgen del Valle.

Sus dos espléndidos pasos esperaban, al igual que todo el cortejo, conocer si la lluvia daría licencia para la salida. La junta de gobierno pidió al Consejo la moratoria de una hora para ver si la lluvia cesaba y cuando el tiempo demandado pasó, la puerta del templo se abrió a la orden de Ángel Salazar, el hermano mayor.

Ambos pasos lucían sendos crespones negros en recuerdo de los hermanos desaparecidos durante este último año. Hubo una mención especial al recientemente fallecido Manuel Rebollo, uno de los fundadores de Estudiantes. Tampoco faltaron a la cita, los representantes de la Universidad de Huelva, con el rector a la cabeza. La delegación se completaba con tres vicerrectores, miembros del Consejo de Alumnos y Representantes (Caruh) y de la Asociación de Antiguos Alumnos 3 de Marzo.

El paso del Señor de la Sangre salió al porche de San Sebastián con toda su majestuosidad y belleza. Lo acompañó el Trío de Capilla Gólgota, mientras que el palio de Nuestra Señora del Valle, con un innovador exorno floral, fue recibido por la Banda Municipal de Valverde del Camino, con Virgen del Valle. Este palio presentaba como estreno destacado, las bambalinas laterales con lo que el trabajo ya se mostró completado.

Si el paso de todas las cofradías por la Plaza Niña es emotivo, cuando lo hace Estudiantes es más si cabe. No se puede olvidar que esta cofradía tiene a Santa Ángela de la Cruz como titular.