Saeta y rezo en La Concepción

El Silencio no agotó su hora de demora para anunciar la suspensión de la salida

El bello paso de la Soledad recibe la visita de cofrades y público en general.
El bello paso de la Soledad recibe la visita de cofrades y público en general.
Enrique Morán

3la soledad, 31 de marzo 2013 - 01:00

EL Silencio de la hermandad solo se rompió por una saeta que fue dedicada a Nuestra Señora en su Soledad; la cofradía que según el horario estipulado, hubiera cerrado la carrera oficial de este año en caso de que hubiera salido, cosa que tampoco ocurrió en el resto de las cofradías de Viernes Santo.

La Soledad también pidió una hora de moratoria, con lo que la salida se concretaba a las 20:50. Sin embargo, pasadas las 20:00, las puertas de la iglesia de La Concepción se abrían para el público en general, lo que significaba la confirmación definitiva de que la cofradía suspendía su salida; una decisión también dolorosa para el Silencio a lo que hay añadir que la hermandad contaba, en esta ocasión, con nuevo hermano mayor: Juan Manuel Cruz.

Cruz explicó que la causa para la suspensión había que encontrarla en las "muy malas previsiones meteorológicas que barajábamos desde la semana pasada". El hermano mayor añadió que "ya esta mañana, a eso de las 13:00, teníamos prácticamente asegurada la no salida aunque hemos pedido la hora de demora porque ésta, a su vez, hay que solicitarla con una hora de anticipación pero teníamos claro que no la usaríamos del todo sino que a eso de las 20:00 haríamos pública nuestra decisión definitiva".

También invocó Cruz, al hecho de que en el cortejo "incluíamos a 25 niños nuevos lo que suponía una responsabilidad añadida ya que hay que contar que, aparte de la lluvia, las calles no se encuentran en muy buen estado".

El director espiritual, Diego Capado, por su parte, dirigió a los presentes en una Salve e invocó el Año de la Fe que estamos viviendo y la nueva realidad que supone contar con un nuevo Papa, instando asimismo a "ponernos bajo el amparo maternal de María y quedando expectantes a sus cuidados que nunca faltan".

Juan Manuel Cruz hizo también referencia a una de sus prioridades en su labor como hermano mayor: "Considero que el Viernes Santo debe ser el broche de oro a todo un año de trabajo y no es el fin en sí mismo; lo que pretendemos es recuperar el patrimonio humano de la hermandad ya que sabemos que ésta existe y se desarrolla durante todo el año".

Tras los breves actos devocionales, la iglesia de La Concepción se vio muy frecuentada por cofrades y público en general que aprovecharon esta ocasión para contemplar los pasos de todas las cofradías asentadas en este templo.

Esa fue, precisamente, una de las constantes de la última jornada de desfiles procesionales en la capital: la abundancia de público por todo el centro, pese a lo desapacible de la tarde desde el punto de vista meteorológico. El Viernes Santo, una jornada que durante mucho tiempo fue considerada de mero trámite, ha conseguido quedar plenamente arraigada en el calendario de la Semana Santa de la capital y marcada con personalidad propia.

Tal y como sucedió en La Concepción, tras la suspensión de la procesión del Silencio, San Pedro, La Soledad e incluso Santa María Madre de la Iglesia fueron el objetivo de muchos centenares de devotos y público en general que no quisieron perderse los detalles de los titulares que, situados en sus respectivos pasos procesionales, aguardaron hasta el último momento la posibilidad, truncada en esta jornada, de ser contemplados desde las calles de la ciudad.

stats