PÓRTICO DE SEMANA SANTA

Memoria viva del Nazareno, La Cinta y Huelva

  • Muchas son las madrugadas acompañando al Nazareno, hoy a sus 94 años las recuerda con cariño Salió en la Consolación y fue promotor de las Tres Caídas, y en la actualidad continúa en la junta de La Cinta

Manuel Silván de la Corte es de los que habla del Nazareno con respeto, cariño y mucha devoción. Hoy, cuando se inicia el devoto quinario al Señor, a las 19:45 en la parroquia de la Purísima Concepción, es el invitado de este palco de Huelva Información.

Es el número uno en el Nazareno, lo dice la nómina de hermanos pero lo más importante es lo que trasmite cuando habla del Señor. Lo hace como nadie, y cuando se refiere a la hermandad, pone todo ardor. Habla desde el corazón, porque desde que tenía doce años espera con alegría que se escuchen las cuatro campanadas que abren la Madrugada, en la que el Padre Bueno se asoma a la calle para abrazar a todos, sin distingos, lo mismo que lo hace con su cruz. Salió por vez primera en el Nazareno a los doce años; antes no le había dejado su madre por la edad. Así que su cofradía era, desde los siete años, la de los padres Agustinos, cuando salía a las tres de la tarde del Viernes Santo, solo con la Virgen de Consolación. Aquellas primeras salidas del Nazareno le llevaba por un itinerario que recuerda bien: Botica, Puerto arriba a la Palmera, de ahí por la calle de las Monjas a la plaza y a calle Palacio, Concepción, Rascón, Valencia, Tendaleras, 12 de octubre y de Marina al templo. Dice que es imposible comparar la Semana Santa de ayer con la esplendidez de hoy, pero aquella de ocho cofradías no desmerecía en una Huelva que era menos que la mitad de ahora.

La mirada desde el balcón de Huelva Información le es especialmente familiar y nos recorre con sapiencia cada uno de sus rincones. Desde la calle Marina, La Placeta arriba hasta la Concepción, como si estuviese con la Cofradía del Nazareno en su retorno al templo. Dice que cuando más le gusta el Señor es en el momento cuando deja la calle Tendaleras y al ir hacia 12 de Octubre recibe los claros de la mañana y la brisa marinera de un Puerto que él, como nadie, conoce al dedillo. Muchos años de responsable en el Servicio de Obras. Por estas calles recuerda las saetas en el Comercial y la Granadina. Desde el balcón habla de Los Ángeles, de la imprenta de Gálvez, de la confitería El buen gusto, de Manolo El Peluquero. Desde Mascarós a La Placeta, la lotería número uno, el estanco, el hotel Madrid, Isidro Fuentes. En la acera del hotel Granada, las hermanas Mojarro con su tienda de santos o la droguería de Borrero, y otros establecimientos que son recuerdo de una Huelva que él muy bien conoce.

En El Conquero sigue perteneciendo a la junta de la Virgen de la Cinta, su otra gran pasión.

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