En este tiempo, cuando en el que El Conquero se escuchan campanillas cinteras de devoción, en El Condado el aire va oliendo a vendimia y a la orilla atlántica de Punta rompen las últimas olas de espuma blanca y de sal de este verano que acaba tras las fiestas de la Virgen de la Cinta, se nos ha ido Manuel Marín Delgado. Embajador de esta provincia en Madrid ha venido a quedarse para siempre en este su último verano en la Huelva que le vio nacer.

Un hombre extraordinario, singular, polifacético que movió la vida cultural de los años sesenta con cientos de iniciativas tan originales como diversas. Los teatros leídos, espectáculos en el Gran Teatro, o la puesta en marcha de la Fiesta de la Vendimia de La Palma.

Un hombre de Iglesia, a la que dedicó su tiempo y experiencia en numerosas campañas, cofrade de la Vera Cruz y Oración en el Huerto, pregonero oficial de la Semana Santa de Huelva en 1966 y 2002. Su poesía la puso al servicio de otras muchas hermandades a las que pregonó, dirigió la obra Passio. Un gran belenista. Miembro del equipo fundador de Radio Popular de Huelva.

En lo profesional, era licenciado en Derecho, profesor en distintas escuelas y universidades. Su labor fue reconocida con numerosas distinciones y premios, como la Medalla al Mérito Turístico.

Uno de sus grandes trabajos es Indumenta, que realizó con su esposa Paz Tutor; un magnifico y documentado estudio de investigación sobre la historia del traje con piezas únicas. Aquí volcó todos sus conocimientos como en la Escuela de Diseño de Moda en la Institución Artística de Enseñanza (IADE), donde dio clases de Historia del Arte.

Siempre fue un gran embajador de Huelva en Madrid, a donde se trasladó a vivir con su familia. Y allí promocionó a esta ciudad y sus iniciativas, como la construcción del monumento a la Inmaculada Concepción.

Hoy le recordamos por su capacidad de trabajo e iniciativas en una época nada fácil, por su amor a Huelva y a su familia.

Descansa en paz.