El Cristo de la Providencia, acompañado por motetes

En su segunda salida en la Semana Santa la cofradía volvió a mostrar su sobriedad

El Cristo de la Providencia a su salida, bajo la espadaña de la Santa Iglesia Catedral de Huelva.
El Cristo de la Providencia a su salida, bajo la espadaña de la Santa Iglesia Catedral de Huelva.
Eduardo J. Sugrañes

28 de marzo 2013 - 01:00

LA cruz de los Ángeles que antaño estuvo en La Placeta y que hoy se levanta en la explanada de recepción del santuario de la Cinta, abría el cortejo de la Hermandad de la Santa Cruz, en una bella reproducción. Lo hacía minutos después de que la Hermandad del Prendimiento pasara por la Plaza de la Merced camino de la calle San José y La Placeta. Se evitaba así que los tambores enturbiaran el silencio de esta cofradía. Luego se vivió ese contraste tan especial del Miércoles Santo que se da cuando la cofradía del Prendimiento avanza por San José y la de la Santa Cruz por Vázquez Limón. Con solo bajar una calle pasamos de las cornetas y tambores del Prendimiento a la esquila y los motetes de la Santa Cruz.

A media hora de la salida de la cofradía, el capataz, Manuel Asuero Espín, igualaba su cuadrilla en la Plaza de la Merced. Luego todo se volvería sobriedad. En ese impás de espera de un publico fiel a esta cofradía, que no de multitudes. Algunos pequeños en la espera de la cofradía piensan qué paso saldría, si la cena el Nazareno, pero vieron que no, que era el Señor muerto y dijeron: "Sí pero luego revive". Con esta sencillez los niños demostraban así el valor catequético que tienen las cofradías en la calle. Lo que ven, le dicen sus padres y van aprendiendo con una bola de cera. Así es la Semana Santa para los más pequeños.

La cofradía avanza y quien no se pierde la salida, más que de alcalde como abuelo,es Pedro Rodríguez, que acude a ver a sus nietos. Así les acompañó un buen trecho hasta que tuvo que marcharse a presidir el palco de la carrera oficial.

Sin lugar a dudas, la salida tiene la belleza del barroco mercedario. Es el segundo año incorporado a la nómina de las hermandades de la Semana Santa de Huelva, poco a poco van completando la cofradía, el paso con poco avance desde el año pasado. Una lástima que ahora que hacen carrera oficial tengan que mostrar el misterio así y no con el paso como tenían cuando recorrían las calles el Sábado Santo. El reto es ese, un nuevo paso y habrá que esperar. La cofradía, mientras tanto, ofrece elementos bellos, la citada cruz de guía de los ángeles, los ciriales con los tritones de la fuente de la Casa Colón o los faroles del paso que reproducen los de la puerta del Ayuntamiento de Huelva.

La cofradía seguía caminando con sobriedad, con la esquila y los motetes hacían vivir más intensamente ese momento plástico que representa Cristo muerto, Señor de la Providencia que va a los pies de María Santísima Madre de Gracia, el Señor apoyado en los brazos de Nicodemo sosteniéndole los pies María Cleofás y María Salomé. La cruz detrás con un sudario que tanto vuelo tiene que en determinados momentos, por el viento, cubrían las imágenes de San Juan y María Magdalena.

La cofradía volverá a dejar parroquia de la Merced para retornar a la suya de Santiago Apóstol, en El Molino, de donde no pueden salir al encontrarse en un local. El traslado será el día 5, a las 20:30, para llegar a su parroquia a las 21:00.

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