El Balcón

La Amargura coronada

  • La Hermandad del Nazareno celebra hoy, a las 12:00, en la parroquia de la Inmaculada Concepción la función solemne en honor de su titular

María Santísima de la Amargura en el altar mayor de la Inmaculada Concepción.

María Santísima de la Amargura en el altar mayor de la Inmaculada Concepción. / Rafa del Barrio

La Amargura lo llena todo en este mes de noviembre en el que notamos tantos vacíos por quienes un día estuvieron formando parte de nuestras vidas. Noviembre es un mes muy especial, interior, de recuerdos y de esperanza.

En la Concepción, nada más entrar uno siente estos días ese vuelco de aire fresco, de madrugada que de noche busca la alegría de la luz en la mañana. María Santísima de la Amargura es eso, un aire nuevo cada mes de noviembre. Es la que seca tantas lágrimas y da consuelo ante tantísimos recuerdos.

Ofreció primero sus manos y ante Ella pasaron sus devotos. Una caricia en momentos difíciles de Pandemia con besos interiores que salían del alma, desde lo más íntimo. Un instante de cercanía, de veneración. De mirarle tiernamente. De sentir los recuerdos que día a día encuentra de quienes la visitan o en sus casas le rezan.

La Amargura lo llena todo en el altar presidiendo la parroquia de la Inmaculada Concepción. Desvelos y mimos en un conjunto que este año sorprende, si siempre es elegancia y belleza, ahora más en este tiempo tan especial que viven los hermanos del Nazareno y que comparten con todos. Porque la Amargura es de todos cuando recorre las calles en la Madrugá Eterna junto al Señor de Huelva. Sentimientos que riman con las saetas, incluso hasta con los vivas en esa petalada que con el sol radiante cuando llegas de nuevo a su iglesia. Es la Amargura sentimientos y emociones, que redoblan en el corazón sobre marchas procesionales.

Ahora se vive ese tiempo tan especial de dedicarle su triduo, para que vuelva a dar consuelo a esta Huelva que camina devota junto a Ella.

En este domingo de su función solemne deseo renovar lo que le dije en mi pregón.

Es un suspiro y un Ave María. En la mañana el aire nuevo se adentra por tu palio, San Juan pone consuelo en Ella. La Virgen de la Amargura es una flor fresca que perfuma los corazones. Azucena hermosa, rebosa en ti el amor de Madre y la pureza.

Quiero en esta mañana choquera, en esta misma hora del Ángelus que es cuando regresas a la Concepción, poner el rezo en unirme aquí, con los cofrades de Huelva, en este deseo devoto de tu coronación canónica y se complete contigo, Amargura de la Concepción, ese quinto misterio gozoso del rosario de las vírgenes coronadas de Huelva con la Esperanza, la Victoria, Los Dolores y la Virgen de la Cinta.

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