Una propagación silenciosa y peligrosa

Microbiología y salud pública

Un estudio español identifica por primera vez la diseminación global en algunas bacterias del gen npmA, asociado a una resistencia total a los antibióticos clásicos

El estudio ha sido coordinado por Bruno González-Zorn, microbiólogo de la Universidad Complutense de Madrid. / Bruno de Miguel
Ramiro Navarro

21 de julio 2025 - 08:05

Por primera vez, un análisis genómico masivo ha documentado la diseminación mundial de una variante del gen npmA, causante de resistencia total a todos los antibióticos aminoglucósidos, una familia crítica en el tratamiento de infecciones bacterianas graves, en bacterias Gram-positivas. Publicado en Nature Communications, el trabajo liderado por Bruno González-Zorn, de la Universidad Complutense de Madrid, y una red internacional de investigadores, estudió más de 1,9 millones de genomas bacterianos y halló el gen npmA2 en cepas clínicas de Clostridioides difficile y Enterococcus faecium procedentes de humanos, animales y entornos ambientales.

El gen npmA fue identificado por primera vez en 2003 en Japón, en una cepa de Escherichia coli aislada de un paciente. El hallazgo fue descrito en un estudio pionero que reveló su mecanismo de acción en la unión de los aminoglucósidos al ribosoma y cómo logra bloquear el efecto antibiótico. Ese hallazgo original supuso una alerta temprana sobre un mecanismo de resistencia, pero ha sido ahora cuando se ha confirmado su potencial de convertirse en una amenaza real para la salud pública.

El gen, hasta ahora considerado exclusivo de bacterias Gram-negativas como Escherichia coli, apareció integrado en un elemento genético móvil inédito, bautizado como ICE Tn7740, capaz de transferirse entre especies. Esto representa una amenaza real para la eficacia clínica de los aminoglucósidos, utilizados como antibióticos de última línea frente a bacterias multirresistentes.

Los investigadores, tras el gigantesco análisis de muestras bacterianas, confirman que este gen actúa como un 'pasaporte genético' que viaja en un fragmento móvil como un ‘caballo de Troya’, y se incrusta en distintas bacterias, desde el temido Clostridioides difficile, causante de graves infecciones intestinales, hasta Enterococcus faecium, responsable de contagios hospitalarios con una tasa de mortalidad de entre un 25% y un 30% en España.

"El npmA2 es como un fantasma: casi nadie sabía de su existencia y, sin hacer ruido, ha empezado a aparecer en distintas partes del mundo y en bacterias que ya son difíciles de controlar", alerta el doctor González-Zorn.

De los más de 30.000 genomas de C. difficile analizados, el estudio identificó 69 aislamientos con el gen npmA2, distribuidos en seis países y con muestras recogidas durante dos décadas. La mayoría pertenecían al linaje ST11, una cepa zoonótica ampliamente distribuida entre humanos y cerdos. En todos los casos, el gen estaba incrustado en el transposón Tn7734, a su vez integrado en el ICE Tn7740.

"El gen npmA2 convierte a estas infecciones en prácticamente incurables”, explica el doctor Carlos Serna, coautor del estudio. El gen npmA2 ha sido detectado en cepas de seis países y en muestras humanas, animales y ambientales, confirmando que su propagación es global.

"Este tipo de organización genética sugiere que Tn7740 actúa como vehículo de diseminación intercelular del gen npmA2, lo que aumenta el riesgo de transferencia entre especies bacterianas clínicamente relevantes", explican los autores en su trabajo.

El hallazgo más inquietante se produjo en un hospital neerlandés (Onze Lieve Vrouwe Gasthuis, en Ámsterdam), donde se identificaron dos cepas clínicas de Enterococcus faecium portadoras del gen npmA2, aisladas de pacientes que habían sido sometidos a cirugía de reemplazo valvular. Ambos pacientes estaban infectados por cepas resistentes también a la vancomicina, lo que convierte a estos microorganismos en un grave problema clínico.

El análisis genético reveló que estas cepas contenían exactamente el mismo elemento móvil (ICE Tn7740) descrito en Clostridioides difficile, con una identidad del 99,9%, lo que sugiere que el traspaso entre especies pudo producirse en el entorno hospitalario o incluso en el intestino de los propios pacientes.

Potencial proliferación entre gérmenes hospitalarios

Aunque en el laboratorio no se consiguió reproducir el traspaso del gen entre bacterias, los científicos creen que podría tratarse de un fenómeno poco frecuente pero posible, seguido de la expansión de clones resistentes. Las cepas de Enterococcus faecium analizadas mostraron una resistencia total a todos losaminoglucósidos, incluidos antibióticos como la apramicina, que normalmente escapan a los mecanismos habituales de defensa bacteriana. Gracias a herramientas bioinformáticas, el estudio ha identificado la estructura genética que transporta este gen: un elemento móvil llamado ICE Tn7740, que contiene las instrucciones necesarias para moverse entre bacterias. Su arquitectura es similar a la de otros elementos que han propagado genes como vanB (resistencia a la vancomicina) o mcr-1 (resistencia a colistina). En algunos casos, el gen npmA2 parece haberse desplazado mediante un mecanismo tipo “copiar y pegar”, activado por un nuevo inserto móvil, ISCld1. Para aumentar la inquietud, se ha detectado también en bacterias intestinales comunes del ser humano. Aunque por ahora su frecuencia es baja, el potencial de diseminación entre bacterias hospitalarias convierte a npmA2 en un objetivo prioritario para la vigilancia epidemiológica.

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