Carlos García, el zamorano que se enamoró del Decano por la radio: "En Navidades todos los regalos eran del Recre"
Sin vinculación alguna con Huelva, vibra cada fin de semana con su equipo del alma a más de 800 kilómetros de distancia
El Zamora CF dignifica la Carabela de Plata
La masa social del Recreativo trasciende fronteras. Muchos son los aficionados que siguen diariamente al equipo más antiguo del país desde distintos puntos de España. Aunque no puedan estar físicamente en Huelva, la dimensión del Decano es tan abrumadora que no está nunca solo en ningún estadio de ninguna categoría. Juegue donde juegue. Ya sea por seguidores llegados desde la provincia o por aquellos que disfrutan del club en el exilio. Aunque no tengan vinculación alguna con Huelva.
Carlos García es uno de los muchos aficionados del Recreativo cuya relación con la ciudad es inexistente. Pero si algo tiene el club es que te atrapa. Y cuando sientes la llamada del Decano, no puedes renunciar a ella. Aunque estés a cientos de kilómetros de distancia. Nacido en Zamora pero criado en Burgos, se enamoró del equipo a través de la radio: "Mi padre en casa siempre tenía puesta la radio. En aquellos tiempos tampoco había tantas vías para poder seguir el fútbol. Había un equipo que siempre lo llamaban de una manera, el Decano. Y claro, yo una vez y otra y otra... ¿Qué significa o qué es? Como mi padre me explicó, es que este equipo es el más antiguo de España y por eso llaman así. Y mi padre siempre lo dice: 'lo dijiste rápidamente. Me dijiste, pues yo quiero ser de ese'. Fíjate, de una tontería así nace todo", cuenta.
A partir de ahí, el veneno albiazul entró en su cuerpo. Con apenas cinco años, cuando el Recre militaba en Segunda División tras el ascenso con Joaquín Caparrós, tiene sus primeros recuerdos en las retransmisiones de Manoli Chico: "Por ahí también empezaba el tema de comprar los partidos en Canal Plus, pero mis primeros recuerdos son por la radio".
Una vez el sentimiento recreativista se instaló en una casa de Burgos, comenzaron a llegar los primeros regalos desde Huelva. Mochilas, chándales, camisetas... lo que llevó incluso a forjar una relación entre la familia de Carlos y las trabajadoras de la tienda oficial del club: "Mis tías se hicieron amigas de quien llevaba el tema de la tienda, siempre nos recuerdan que tenían que pedir regalos, llamaban y sin problema. Siempre me lo comentan, y se llamaban, oye, mira, que ha salido esto, mira a ver si lo quieres para tu sobrino...", rememora.
Rodeado de amigos de Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid, resistió a lo fácil y escogió lo más complicado: apoyar a un equipo en la distancia que no había ganado nada y ni siquiera se encontraba en Primera División. "Mi abuelo, que era supermadridista, me acuerdo que me regalaba cosas del Madrid, pero yo no, no... Mi padre, siendo de Zamora, es del Valencia y tampoco tiene nada que ver con Valencia".
A sus 29 años, puede decir que ha visto jugar al Recreativo en el Nuevo Colombino. Aunque haya sido solo una vez, y con derrota: "Fue un Recre-Betis en segunda, un 1-3. A raíz de que yo fuera del Recre, pues me dijeron mis padres, oye, ¿te parece que vayamos a conocer Huelva?, y nos fuimos de vacaciones para allá. Yo no sabía nada, y cuando llegamos allí me dice mi padre: 'bueno, pues que sepas que tienes una entrada para el Recre-Betis esta tarde".
Canterano del actual San Pablo Burgos de baloncesto, el hecho de competir cada fin de semana le ha privado de poder acompañar al Decano en directo en más ocasiones de la que les gustaría. Además de su única visita a Huelva, estuvo presente en Valladolid y Soria, con un polémico penalti que dejó casi sentenciado el descenso a Segunda División: "La rabia que me da es que lo he visto tres veces en directo y ha perdido las tres. Yo ese día sí que es verdad que me quedé en la grada llorando, porque recuerdo que era casi el descenso".
Relación forjada con el Zamora
Ya de vuelta a su Zamora natal tras finalizar la carrera, decidió abonarse al equipo de su ciudad. Mantiene una peña con una serie de amigos, donde recibe el nombre de "el Decano", y disfrutan de los partidos del Zamora en el Ruta de la Plata siempre que puede.
Sin embargo, tiene la espina de no haber podido acercarse a Huelva para disfrutar del Trofeo Colombino. "Yo me lo propuse, pero por temas laborales no pude, imposible. Sí me habría gustado, además en agosto, porque Huelva para eso es espectacular. Nos juntamos toda la peña y estuvimos viéndolo ahí el triangular con el Cacereño. La verdad que han quedado todos bastante sorprendidos con el equipo del Recre".
Aun así, Carlos pudo apreciar la Carabela de Plata con sus propios ojos. El Zamora expuso el trofeo en su tienda para que todos los aficionados pudieran observarlo, algo que ya hizo el Decano hace más de un siglo con la Copa del Centenario de la Constitución de Cádiz.
Tal y como señala el historiador Antonio La O, el Recreativo acudió a la tacita de plata para disputar un trofeo donado por Alfonso XIII. El encuentro arrancó a las 15:30 del 2 de octubre de 1912 y hasta las 22:00 no llegaron las primeras noticias a Huelva.
"Al día siguiente, 3 de octubre, el club onubense fue recibido por una nutrida afición en la estación de trenes de la compañía MZA, quedando expuesto el trofeo conquistado por el Recreativo en los escaparates del Bazar Español para que pudiese ser contemplado por toda la afición onubense. Un mes después del aclamado triunfo los jugadores del Recreativo hicieron entrega del preciado trofeo al presidente de la entidad, Dr. Mackay".
La historia volvió a repetirse. En Zamora luce una réplica del Trofeo Colombino, y allí reside un fiel aficionado del Decano del fútbol español que sufre todos y cada uno de sus partidos como si hubiera nacido en la misma Huelva. Quién sabe si este año le toca volver a disfrutar.
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