Una novela rescata la figura del espía alemán que descubrió en Isla Cristina la preciada flor de sal
Antonio Aguilera relata en 'Rita, Flor de Sal', como Hans Burghard llegó a Huelva con la misión de informar a su gobierno del movimiento de buques con minerales extraídos en las minas británicas de la provincia onubense, para terminar protagonizando una intensa historia de amor con la isleña Rita Milá, con la que explotó las salinas en las que descubrió dicho producto

Isla Cristina/Pese a su carácter periférico, y a que nuestro país no participó directamente, la provincia de Huelva jugó para las dos partes enfrentadas en la II Guerra Mundial un papel fundamental desde el punto de vista geoestratégico. Así lo acreditan los numerosos estudios y documentos que están viendo la luz poco a poco desde el final de dicha contienda, en la primavera de 1945.
Por todos es conocida en este sentido la Operación Mincemeat o Carne Picada, el plan británico con epicentro en Huelva destinado a despistar al alto mando alemán, haciéndole creer que los Aliados se proponían invadir Grecia en lugar de Sicilia. Para ello se les facilitó acceder a unos documentos secretos, con detalles de los planes de operaciones del ejército Aliado, que en realidad eran falsos y que se arrojaron al mar, frente a las costas de Huelva, junto al cuerpo sin vida de un hombre vestido de oficial de la Armada Británica con la falsa identidad de comandante William Martin. El plan funcionó ya que el los nazis dieron veracidad al hallazgo y dividieron sus tropas desplegadas en el Mediterráneo, lo que facilitó posteriormente la invasión de Sicilia.
En este mismo contexto, estos días ha visto la luz una novela histórica 'Rita, Flor de Sal' (Ed. Niebla, 2024), del escritor e investigador isleño Antonio Aguilera, en la que vuelve a ponerse de manifiesto el importante papel geoestratégico que tuvo la provincia onubense durante la Gran Guerra.
Y aunque la novela se centra en una historia de amor, en ella también se pone de manifiesto que su origen hay que buscarlo en la llegada a Huelva del ciudadano alemán Hans Burghard, que como trabajador de su gobierno arribó a la provincia onubense en 1939 con la misión de informar al Tercer Reich del movimiento de buques por sus costas, especialmente de aquellos barcos que partían cargados con los minerales extraídos en las minas que los británicos explotaban en toda la Faja Pirítica Ibérica.
Según narra Aguilera en su obra, Hans Burghard llegó inicialmente a la capital provincial, para pasar después por Ayamonte antes de instalarse definitivamente en Isla Cristina. En dicha localidad costera conoció al amor de su vida, la vecina isleña Rita Milá, con la que contrajo matrimonio tras superar numerosos obstáculos sociales, políticos y económicos, y con la que logró la concesión de unas salinas locales en las que, gracias a su condición de químico, descubrió lo que conocemos como flor de sal, un producto gastronómico presente en la actualidad en las más selectas cocinas del mundo, y que aún se sigue produciendo en las que todavía se conocen en Isla Cristina como Salinas del Alemán.
Como narra el propio autor en la sinopsis del libro, Hans Burghard "llevaba más preguntas que respuestas. Sus conocimientos de tráfico naval eran aún escasos, su capacidad para empatizar y sintonizar con los andaluces estaba por ver en una persona criada en la más estricta doctrina germánica, su entereza para llevar una doble vida como exigía su función de espía era algo que tenía que descubrir y construir cada día. Ahora le aterrorizaba caer en contradicciones y fracasar antes de haber sido útil a la causa".
Como también resume el propio Aguilera, Burghard "llega a la costa de Huelva en el otoño de 1939. España tiene las ascuas vivas de una Guerra Civil y, en breve, la tensión internacional acabará derivando en la II Gran Guerra. Enviado por su gobierno llega a un extremo de Europa que le resulta ajeno, amable, extraño, salado. A sus 39 años tendrá que aprender muchas cosas, entre ellas del amor, que encontrará en Rita Milá y que hará que se fusionen dos realidades dispares dando como resultado la Flor de Sal".
En este sentido, prosigue, "una novela que pudiera ser de guerras se torna rápidamente en una historia de amor, una búsqueda incesante de los protagonistas por entender el mundo en el que viven, por encontrar su propio espacio en una sociedad agrietada, dividida, pero sabedores de que el único camino es perseguir su verdad y encontrarse a sí mismos".
El autor también califica su novela como una "historia apasionante y muy isleña", con la que trata de rendir homenaje a una generación "que a pesar de que no lo pasó muy bien en términos generales durante los años grises de la Postguerra española, protagonizó historias muy bonitas como esta de amor entre Hans Burghard y Rita Milá, la cual he basado en hechos reales tras mucho trabajo de investigación". En definitiva, puntualiza, "se trata de una novela de ficción donde he respetado nombres y acontecimientos reales, como es el caso de los dos protagonistas de la historia, y el contexto en el que ambos vivieron".
La obra, que ya está disponible en todas las librerías y que ha sido editada por la editorial onubense Niebla, está por tanto localizada en varias poblaciones -especialmente en Isla Cristina- e inspirada en personajes reales, los cuales indudablemente contribuyeron a la historia de la provincia onubense en tiempos de guerra y postguerra.
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