Del tabaco a las armas de guerra para proteger el hachís y la coca: la metamorfosis del narcotráfico en Huelva

De las viejas rutas del contrabando al tráfico internacional de cocaína: más dinero, más violencia y organizaciones armadas convierten a la provincia en una de las principales puertas de entrada de droga en Europa, mientras fuerzas de seguridad, juzgados y fiscalía reconocen estar al límite

Nuevo golpe al narcotráfico en Huelva y Portugal en la primera operación conjunta de la Guardia Civil y la Guarda Nacional Republicana

Narcos protegen con armas de guerra un alijo de hachís este pasado verano en la ría de Huelva
Narcos protegen con armas de guerra un alijo de hachís este pasado verano en la ría de Huelva / M.G.

Durante décadas, el contrabando ha sido una constante en la historia de Huelva. Primero fue el tabaco, después el hachís y, en los últimos años, la cocaína. Las rutas son prácticamente las mismas desde hace más de cuarenta años, pero el negocio ha mutado profundamente: se ha globalizado, se ha profesionalizado y se ha armado. Hoy, el narcotráfico que opera en la provincia maneja cifras millonarias, introduce cocaína procedente de Sudamérica y utiliza armas de guerra para proteger sus cargamentos.

Esa es la radiografía que dejaron las dos mesas redondas del I Foro sobre Narcotráfico, celebrado esta semana en la Facultad de Derecho de la Universidad de Huelva, organizado por la Guardia Civil y la propia Universidad, un encuentro que reunió a responsables policiales, judiciales y académicos para analizar uno de los principales desafíos de seguridad de la provincia.

Huelva. Una provincia clave en el mapa europeo de la droga

Los datos sitúan a Huelva en una posición estratégica dentro del narcotráfico internacional. El 73% del hachís que entra en Europa lo hace por España; de ese volumen, el 75% accede por Andalucía, siendo Huelva la provincia por la que más entra, solo por detrás de Cádiz. A ello se suma que el 40% de la cocaína que llega a Europa entra por España, lo que refuerza el papel del litoral andaluz y onubense como puerta de entrada al continente.

Operación policial contra el narcotráfico en un municipio de la costa occidental onubense
Operación policial contra el narcotráfico en un municipio de la costa occidental onubense / M.G.

La situación geográfica de la provincia onubense explica buena parte de esta realidad: una extensa costa, cientos de kilómetros navegables y una compleja red de ríos, rías y marismas interiores -Guadalquivir, Guadiana, Piedras, Carreras o Punta Umbría- que facilitan la actividad de las organizaciones criminales.

"Las rutas son las mismas desde hace 40 años; lo que ha cambiado son las distancias y los medios", explicó el capitán de la Guardia Civil Álvaro Bergillos Cabrera, jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial. Hoy, las embarcaciones nodrizas fondean cada vez más lejos de la costa para dificultar la acción policial, y desde ellas se realizan los trasbordos a lanchas rápidas que introducen la droga en tierra firme.

Huelva se especializa en "narcotransporte"

Uno de los elementos más relevantes puestos sobre la mesa en el foro es el papel específico que juega Huelva dentro del engranaje internacional del narcotráfico. No es tanto una provincia donde se concentren los grandes capos, ni donde se quede el grueso del dinero, sino un territorio especializado en el "narcotransporte" de la droga.

"La actividad que sobre todo se da en Huelva es el narcotransporte", explicó Carlos Rodríguez Muñoz, jefe de la Unidad Combinada del Servicio de Vigilancia Aduanera. Las organizaciones locales se encargan de llevar la droga de un punto a otro, cobrando por ello, pero los grandes beneficios no se quedan en la provincia. "El dinero que se genera aquí, normalmente se lo gastan quienes se dedican a esta actividad; los grandes capitales terminan donde están asentados quienes controlan el mercado".

Guardia Civil y Vigilancia Aduanera durante una operación contra el 'narco' en la costa occidental onubense
Guardia Civil y Vigilancia Aduanera durante una operación contra el 'narco' en la costa occidental onubense / Jordi Landero

Este papel explica también por qué el blanqueo de capitales, aunque presente, no alcanza en Huelva las dimensiones de otras provincias. No porque no exista dinero negro, sino porque el negocio principal es el transporte, no la dirección del mercado.

Del contrabando de tabaco al salto a la cocaína

El contrabando de tabaco dio paso al hachís por una combinación de factores: cercanía, disponibilidad y una cierta normalización social. "Marruecos está cerca y produce hachís en grandes cantidades", recordó Rodríguez Muñoz. A ello se suma que "en Huelva no existe una percepción clara de que el hachís sea una droga peligrosa", lo que ha contribuido históricamente a minimizar su impacto social.

Sin embargo, el escenario vuelve a cambiar. Las bandas que llevan años dedicándose al hachís están dando el salto a la cocaína, aprovechando la infraestructura, los medios y la experiencia ya adquirida. "El de la cocaína es un mundo muy diferente al del hachís, por su altísimo valor y por su procedencia, desde mucho más lejos", subrayó.

La cocaína llega principalmente desde Sudamérica, a menudo en veleros que actúan como nodrizas en aguas internacionales, desde donde se traslada en cantidades menores hasta la costa. En Huelva no entra por grandes buques mercantes, como sucede en otros puertos, pero sí a través de rutas atlánticas o africanas que desembocan en la provincia.

Detrás de esta evolución hay una lógica puramente económica. "El narcotráfico se basa en una cuestión de costes y beneficios", señaló Rodríguez Muñoz. El salto del tabaco al hachís y ahora del hachís a la cocaína responde a esa misma lógica: más riesgo, pero beneficios mucho mayores.

Cultura del mínimo esfuerzo y aumento de los vuelcos

Pero esa lógica económica conecta, además, con un rasgo más profundo de la sociedad actual. "El narcotráfico no deja de ser un reflejo de nuestra propia sociedad, que tiende a querer ganar el máximo dinero con el mínimo riesgo y esfuerzo", se señaló durante el foro.

Fardos de hachís  en el puerto de Huelva incautados durante una operación policial en las costas onubenses
Fardos de hachís en el puerto de Huelva incautados durante una operación policial en las costas onubenses / M.G.

Esa cultura del mínimo esfuerzo, aplicada al crimen organizado, está detrás del aumento constante de los vuelcos, los robos de droga entre las propias bandas. Cada alijo perdido, cada operación fallida, genera conflictos internos, ajustes de cuentas y una espiral de violencia creciente. El narcotráfico se convierte así en un mercado cada vez más inestable, donde las propias organizaciones se depredan entre sí.

Otro de los análisis más reveladores del foro fue la explicación de cómo la presión policial influye directamente en el mercado de la droga. "La presión policial y judicial funciona como un regulador del precio", explicó Rodríguez Muñoz. "Cuando se interceptan muchos alijos y la droga escasea en el mercado ilegal, el precio sube; cuando hay más oferta, baja", indicó.

Esta paradoja explica por qué, pese al esfuerzo policial, el narcotráfico sigue siendo tremendamente atractivo. "Para eso se hace: para ganar mucho dinero", resumió. Y también explica el aumento de los conflictos, los vuelcos y la violencia cuando los cargamentos se pierden.

Empresas criminales y violencia creciente

Las organizaciones dedicadas al narcotráfico funcionan hoy como auténticas empresas. "Tienen proveedores, productores, comerciales y subcontratas", explicó el responsable de Vigilancia Aduanera. En ese contexto, la competencia es feroz y los conflictos internos cada vez más habituales.

Ese escenario explica el aumento del uso de armas. "Actualmente no se puede desligar el narcotráfico del uso intenso de armas, incluidas armas de guerra", advirtió el capitán Bergillos Cabrera. Fusiles municionados, preparados para ser usados, se han convertido en una constante desde hace unos siete años.

Siempre se ha dicho que por hachís no se mata, pero la cocaína ha cambiado las reglas. "Por la cocaína sí se mata, dado su alto valor económico", señaló, aunque muchas organizaciones están sustituyendo los ajustes violentos por la acumulación de deudas cuando se pierden cargamentos.

Operación policial contra el tráfico de drogas en la costa occidental de Huelva
Operación policial contra el tráfico de drogas en la costa occidental de Huelva / M.G.

Para José Manuel Moreno Ortiz, comandante de la Guardia Civil en el CITCO, el tráfico de drogas es hoy la actividad ilícita más extendida entre las organizaciones criminales. "Huelva es la segunda provincia de España por la que más hachís entra, solo por detrás de Cádiz", recordó.

El uso creciente de rutas fluviales es clave. "Cada vez se utilizan más el Guadalquivir, el Guadiana y las rías interiores de Huelva", explicó, en un contexto de desplazamiento del delito: "Cuando apretamos en un sitio, el fenómeno se desplaza a otro".

Por otra parte la cooperación internacional resulta imprescindible. La colaboración con Portugal es "muy buena y muy estrecha", y Europol ha asumido que "no puede combatirse este fenómeno de forma aislada", concluyó.

Juzgados saturados y procedimientos cada vez más complejos

Si la presión es alta en el ámbito policial, en el judicial la situación es crítica. Huelva cuenta con una sola fiscal antidroga, y la Costa Occidental, donde más narcotráfico se registra, depende de los juzgados de Ayamonte, "absolutamente saturados".

El presidente de la Audiencia Provincial de Huelva, Esteban Brito López, explicó que el mayor problema está en la instrucción. Son causas con numerosas personas investigadas y con una enorme cantidad de efectos intervenidos: embarcaciones, vehículos, teléfonos móviles, dispositivos electrónicos, grandes cantidades de droga y, cada vez más, armas de fuego y armas de guerra. Todo ello "multiplica la complejidad de los procedimientos, que se alargan una media de año y medio solo en fase de instrucción", detalló.

Un hombre es detenido en una operación antidroga en un municipio de la costa occidental onubense
Un hombre es detenido en una operación antidroga en un municipio de la costa occidental onubense / Jordi Landero

El magistrado Javier Romero Jiménez confirmó el aumento exponencial de grandes operaciones y alertó de la proliferación de plantaciones de cannabis y asociaciones cannábicas. "Trabajamos con una escasez de medios absoluta", afirmó, pese a la implicación de jueces, fiscales y fuerzas de seguridad.

El delito de blanqueo de capitales es especialmente complejo en el ámbito del narcotráfico. "Todo es en B y apenas existe documentación", explicó Rodríguez Muñoz. A ello se suma que son investigaciones largas que luego se eternizan en el plano judicial.

El dato es revelador: en toda España, el año pasado solo se dictaron entre 80 y 90 sentencias por blanqueo, con apenas 40 condenas.

Un problema que no siempre se percibe

Todos los participantes coincidieron en una idea inquietante: la sociedad no percibe plenamente la magnitud del problema. Solo determinados barrios y municipios viven de cerca las consecuencias más violentas -tiroteos, asesinatos, secuestros, torturas o tenencia ilícita de armas-, mientras el resto de la población conoce el fenómeno muy ligeramente, solo a través de titulares sobre incautaciones o juicios.

Entre la normalización social del hachís, la rentabilidad extrema de la cocaína y la falta de alarma social generalizada, Huelva sigue siendo una pieza clave del narcotráfico internacional. De aquel contrabando casi artesanal de tabaco se ha pasado a un negocio global, profesionalizado y armado, que convierte a la provincia en una frontera silenciosa pero estratégica de la droga en Europa.

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