El motín de Jabugo
En defensa del patrimonio cultural
La Comisión del motín de 1808 se ha creado para recuperar y difundir la historia de Jabugo - En aquel año se sublevaron los habitantes de Almonaster la Real, Santa Ana la Real y Jabugo
SI nos ceñimos al mundo de la imagen, sin duda, Jabugo es actualmente una de las poblaciones andaluzas más conocida tanto a nivel nacional como internacional. La elaboración de jamones y embutidos de cerdo ibérico, de gran calidad, le ha dado un lugar en el universo gastronómico, convirtiéndose este vocablo en sinónimo de aristocracia de la conserva española. Pero la palabra Jabugo también encierra un pueblo vivo donde se da una combinación mágica de sabores, olores, sonidos y visiones, donde se trabaja a diario duro, y sobre todo donde surgen iniciativas que dan lugar a grandes eventos. Hace unos años se inventó una de las principales actividades gastronómicas onubenses, el famoso cocido gigante, aquél que surgió de la descomunal calabaza de Manuel Ángel, y que hoy se ha convertido en un destino obligado para muchos miles de estómagos que proceden de los más insospechados lugares.
Pero Jabugo no se para, pues unos meses atrás preclaras mentes han pergueñado una nueva iniciativa para conmemorar un hecho que convirtió a los jabugueños en protagonista principales. Y, de nuevo, éstos están relacionados con el cerdo ibérico, verdadero pilar de la economia jabugueña. En este año 2008 se cumplen dos siglos del amotinamiento de los pueblos de Almonaster, Jabugo y Santa Ana la Real contra los hacendados que controlaban el aprovechamiento de los montes públicos donde se engordaban los cerdos ibéricos. Los derechos de estos señores se amparaban en la voluntad real explícitada a través de una documentación que conocemos como Reales Provisiones, claro que la voluntad popular sentía y pensaba otra cosa, que no era de justicia que los demás vecinos no pudieran aprovechar estos montes, comunales y de propios, llenos de encinas, alcornoques quejigos y robles.
Como los habitantes de Fuenteovejuna jabugueños, almonazterenses y santaneros decidieron protestar de dos maneras, por una parte, introduciendo sus ganados en las fincas reservadas a los poderosos o hacendados, y por otra, quemando en plaza pública los documentos que legitimaban ese estado de las cosas, es decir, las Reales Provisiones. El acto lo llevaban a cabo en estos recintos públicos para que primero, todo el mundo visualizara el descontento general de la sociedad civil y segundo, para mostrar la fortaleza de la protesta que desafiaba al poder establecido no desde la oscuridad sino desde la claridad más absoluta y a los ojos de todos.
Claro que los revolucionarios habían escogido el momento muy bien, pues España se encontraba en plena Guerra de la Independencia, invadida por los ejércitos franceses y con un Rey desaparecido. Los hacendados lejos de amilanarse van a convencer a la Junta Central, que es el órgano que gobierna los destinos del país, para que restituya los antiguos derechos. En realidad estos sucesos crearon una gran alarma para las autoridades que acudieron a la Real Audiencia de Sevilla contra los amotinados, desde allí se dictaron varias penas de muerte y se auspició el envío de 400 soldados que impusieron el orden.
Según nos cuenta el historiador Moreno Alonso, el poder eclesiástico no permaneció indiferente ante los sucesos, mientras que los hacendados eran defendidos por el cura D. Francisco Prieto y Lobo, los vecinos tuvieron al frente a también cura D. Mariano Catalán. Se desarrolló entonces una guerra fratricida entre ambos curas con armas tan afiladas como el púlpito, la calle o el papel pudiéndose asistir a un brillante aparato exterior que animó la anodina vida serrana.
Para conmemorar tan singular levantamiento popular se ha creado en Jabugo una comisión del motín de 1808, con el objetivo de contribuir al conocimiento, recuperación y difusión de la historia de Jabugo, y en particular de los hechos acaecidos, además de potenciar el uso con fines culturales y lúdicos de los espacios públicos en que sucedieron dichos hechos, tales como plazas, calles, caminos o montes públicos. Pero la implicación de otras poblaciones también quiere que sea fundamental, de ahí que se estén realizando contactos con asociaciones culturales de Almonaster la Real y Santa Ana, así, como con poblaciones emblemáticas de la Guerra de la Independencia como Algodonales, La Albuera o Bailén.
La comisión formada por unos 35 miembros se ha reunido varias veces despertando la ilusión en la población. Claro que aunque todo el pueblo está colaborando hay una serie de personas que son la punta de flecha de la organización como son Pablo José Romero Gómez, Juan Pastor Martín, Ana Martín, José Antonio Martín, Manuel Luis Cid, Miguel Angel Cid, Sarah Pérez, Paco Castilla, Pepe González, etc. De esas fructíferas asambleas ha salido un programa de actos que comenzarán el 2 de octubre y que está vertebrado en torno a cuatro pilares, los actos conmemorativos, un ciclo de conferencias, actividades escolares e infantiles y una recreación histórica.
Para abrir boca se ha realizado ya, con notable éxito, un ponche llamado de 1808, el cual fue repartido el 23 de agosto por dos docenas de personas vestidas con trajes típicos de principios del siglo XIX. Destacar el ciclo de conferencias sobre el Jabugo de los siglos XVIII y XIX, donde se quiere contar con especialistas en el campo de la historia como J. Virgilio Sánchez, Manuel Moreno Alonso, María Antonia Peña o Félix Sancha Soria, los cuales disertarán sobre la Guerra de la Independencia, el Motín de 1808 contra los hacendados o la primera revolución industrial serrana, donde Jabugo con la creación de Santa Teresa y Sánchez Romero Carvajal fue la locomotora serrana.
En el mismo sentido, se pretende que los centros educativos participen de manera activa en la conmemoración con charlas divulgativas en colegios, murales alusivos o juegos de época. Las actividades concluirán con una recreación histórica el 11 de octubre con un tumulto popular, quema de Reales Provisiones en la plaza y otros excesos escandalosos de los amotinados. Para ello todas aquellas personas que quieran se podrán ataviar con trajes típicos y utensilios de la época, pudiendo participar en la toma de montes de los hacendados o en la fiesta campestre posterior. Finalmente, decir que se ha puesto a disposición de todos aquellos que quieran colaborar la dirección de correo electónico motindejabugo@telefonica.net.
En resumen, el dinamismo de una población como la jabugueña va a posibilitar que durante el mes de octubre tengamos una cita obligada con esta conmemoración, y que, de camino, podamos saborear la excelente gastronomía que se articula en torno al cerdo ibérico. Si optamos por ello podremos comprobar como la sabiduría, el trabajo y la climatología han convertido a Jabugo en un mito que tiene como soporte la calidad.
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