La marisma del Rocío y la laguna del Portil renacen tras las lluvias
Rincones naturales emblemáticos de la provincia comienzan a renacer gracias a las lluvias
Las mejores imágenes de la marisma de El Rocío y de la laguna de El Portil llenas tras las últimas lluvias
El lado bueno de la borrasca Bernard: la laguna de El Portil vuelve a llenarse
Hay estampas de Huelva que brillan con luz propia. Entornos naturales de gran valor que son el reflejo de la rica diversidad que entraña la provincia. El Rocío, con su emblemática marisma, es uno de ellos.
El reflejo de los caballos marismeños al asomarse al agua cristalina y el retrato de una vegetación que adorna el imponente santuario de la Virgen del Rocío conforman un cuadro casi perfecto solo a veces enturbiado por la ausencia de las lluvias. La sequía severa del último año provocaba que este carismático espacio en el corazón de Doñana quedara casi desértico durante meses. Ahora, tras las fuertes lluvias de la borrasca Bernard, este escenario vuelve a su estado normal y resurge de sus cenizas regalando a los visitantes las bellas imágenes de antaño.
Lo mismo ocurre en otro singular enclave de la Costa Occidental de Huelva: la laguna de El Portil. La parte positiva de la lluvia torrencial de estos días en la provincia es que este enclave que llevaba un par de años seco, también comienza a renacer.
Esta laguna de agua dulce, que conserva una elevada población de aves acuáticas, constituye junto con los Parajes Naturales Marismas del Odiel y Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido, un entramado de zonas húmedas fundamental para la supervivencia de las aves que emigran a la Península todos los años. Hoy se vuelve a llenar de vida.
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