La marabunta invasora
Investigadores de la Estación Biológica, dependiente del CSIC, estudian la incidencia que las colonias de hormiga argentina tienen sobre la biodiversidad de los pinares y alcornocales del espacio natural
El otoño regresa al Espacio Natural de Doñana y con él se reactiva la población de hormiga argentina (linepithema humile) que habita en el parque. En verano, las altas temperaturas, insoportables para las colonias de estos invertebrados oriundos del hemisferio Sur, aletargan su comportamiento invasor. Un grupo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD) -Grupo Hormiga-, capitaneados por Xim Cerdá, estudian desde hace más de tres lustros su comportamiento en el espacio protegido andaluz bajo el paraguas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A pesar de que uno de los rasgos que caracterizan la personalidad usurpadora de la linepithema humile es que suele esquilmar a la población autóctona de hormigas con su inusitada agresividad interespecífica, en Doñana este patrón no se repite, según explica el científico del Grupo Hormiga Raphael Boulay. De hecho, la especie endémica del parque (única en el mundo), la cataglyphis floricola, es "la menos afectada por la hormiga argentina", puesto que es termófila y habita las zonas más secas de Doñana, aquéllas en las que hace más calor, como el parque dunar o el monte blanco.
La hormiga argentina, por tanto, se encuentra en zonas muy localizadas del espacio natural, especialmente "en los pinares y alcornocales y cerca de las edificaciones" que salpican la zona. Los alcornocales son especialmente vulnerables a esta especie, puesto que se trata de localizaciones arbóreas vitales para muchas poblaciones de aves. Es ahí donde en este momento se centra el estudio del Grupo Hormiga porque atacan sin pudor a los polluelos y los huevos de pájaros, anfibios y reptiles, desequilibrando la biodiversidad de estas zonas arboladas.
Es poco probable que esta especie se prodigue por otros lugares del Espacio Natural de Doñana. Pero si la marabunta llegara a la zona de monte blanco, por ejemplo, donde la diversidad biológica es mucho más limitada, "sería bastante grave" y esquilmaría sus poblaciones de aves y reptiles, produciendo drásticos cambios en el ecosistema.
Su existencia ha sido documentada en distintas zonas naturales de Andalucía, "siempre en la costa", con una mayor incidencia en el litoral occidental de la región, sobre todo en la línea costera que une "Huelva con Sanlúcar de Barrameda" y no sólo en los pinares, sino en las zonas urbanas. Suponen, por tanto, una incómoda compañera de piso para los seres humanos, para los que constituye una "gran molestia" y a los que suele acercarse -sobre todo en los meses estivales- porque "les proporcionan un refugio de las altas temperaturas". En este sentido, los científicos del CSIC han podido comprobar recientemente que en el momento en el que fueron derribados varios edificios de Doñana en cuyo torno habitaban las hormigas, sus ejemplares "desaparecieron y la zona fue colonizada por la autóctona".
La llegada de la linepithema humile al viejo continente se remonta a finales del siglo XIX, aunque los primeros documentos sobre su existencia en España son del primer cuarto de la pasada centuria. Su traslado desde Suramérica al territorio nacional "podría haberse producido por vía marítima, en macetas o mediante el trasplante de tierra", estimó Boulay, un mecanismo que continúa siendo a día de hoy el procedimiento habitual de su dispersión. Actualmente, pueden encontrarse en poblaciones localizadas y discontinuas desde la italiana isla de Sicilia hasta la cornisa cantábrica.
No hay comentarios