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El valor histórico de la primitiva Ermita de la Aliseda y su actual ruina

Ermita de la Aliseda.

Ermita de la Aliseda. / Antonio F. Tristancho

La divulgación y valorización del patrimonio ha avanzado de una forma meteórica y las últimas décadas. Sin embargo, aún quedan elementos que precisan de una consideración y rescate por parte de la sociedad. Uno de ellos es la antigua Ermita de la Aliseda, ubicada entre los términos municipales de La Nava y Cumbres de San Bartolomé. Se trata de una joya de la arquitectura de repoblación de mediados del siglo XIV que se encuentra en un estado total de abandono.

Diversas visitas de especialistas y de devotos de la Hermandad de Nuestra Señor de la Aliseda en los últimos meses han devuelto este edificio a la actualidad, mostrando sus valores históricos y arquitectónicos.

Interior de la ermita de la Aliseda. Interior de la ermita de la Aliseda.

Interior de la ermita de la Aliseda. / H.I (Huelva)

Según el investigador Santiago González Flores, se asienta sobre un cerro que hace las funciones de protección y control de una amplia zona, que se caracteriza por contar con un amplio número de yacimientos históricos, entre los que se encuentran restos romanos y caminos de trashumancias que desde el Norte se dirigían a los pastos del sur, además de ubicarse en un territorio cercano a tierras portuguesas.

Para su construcción, probablemente se debió reaprovechar un asentamiento anterior de época romana, ya que se aprecian columnas romanas que podrían ser del siglo II-III d.C. que fueron reaprovechadas en el arranque de las nervaduras que formaban la cúpula del desaparecido ábside cubierto. Esta cubierta habría estado formada por una bóveda de crucería, según testimonios orales. Siguiendo con los restos arqueológicos, en una era próxima, y como material de acarreo, se encuentra un molino de vino, con un mecanismo que podría haber servido para escurrir el mosto de los hollejos de la uva o para escurrir el suero del queso, y que dataría del siglo III d.C.

Tejado de la ermita. Tejado de la ermita.

Tejado de la ermita. / H.I (Huelva)

El fotógrafo Jorge Garrido también ha realizado un trabajo sobre el lugar, en el marco de un proyecto que lleva a cabo para la Diputación de Huelva con el objetivo de salvaguardar la memoria de las ermitas de repoblación de La Sierra. Su relato refleja el descubrimiento de restos que le asombraron, al apreciar la ampliación que se le hizo en 1790 y que se rememora en el grabado sobre el mortero exterior, numerosos cantos en las paredes, molinos de mano y una lápida romana de grandes dimensiones con un grabado ilegible a simple vista, y, al menos cuatro enterramientos intactos en la parte vieja de la nave.

La descripción de González continúa afirmando que "todo el conjunto se encuentra cubierto de esgrafiados que hacen alusión tanto a temas mitológicos (salamandras y otros animales), como de tipo arquitectónico. Ocres, negros y vivos azules añil dan colorido a la desgastada piedra. Aún sobre una de las entradas levantada en las reformas de 1790 encontramos en rojo la palabra de la titular Aliseda, y, por debajo, dos alisos decoran el conjunto". 

Respecto a las fuentes documentales sobre el inmueble, son muy escasos, encontrando tan sólo algunas referencias en protocolos notariales del siglo XVI que se repiten en testamentos en las centurias posteriores. El edificio debió amenazar ruina a mediados del siglo XVIII, por lo que en 1790 se reformó todo el conjunto, siendo mayordomos Thomas Ruiz Chamorro y Joseph Sánchez Montero.

La ermita debió quedar abandonada tras la invasión napoleónica, tras la que probablemente la imagen fuera trasladada a otro lugar más seguro. El lugar finalmente quedó despoblado y sufrió las expropiaciones de mediados del siglo XIX, que supusieron el desencadenante definitivo para su ruina.

Una grieta en la ermita. Una grieta en la ermita.

Una grieta en la ermita. / H.I (Huelva)

La Hermandad de Nuestra Señora de la Aliseda organizó funciones y romerías en el lugar desde tiempos que podrían remontarse al siglo XV o principios del XVI, rivalizando así en antigüedad con la mismísima Romería del Rocío.

No hay fuentes documentales de aquel tiempo, aunque la institución nunca ha dejado de funcionar, como demuestran la tradición oral y el ajuar mueble existente. La documentación vuelve a aparecer en 1955, con un libro de actas, y los estatutos de 1968 que requirió el Obispado. Sus actualizaciones y una ratificación de su Erección Canónica en 1979 completan las reseñas de las que se disponen, además de unos nuevos estatutos para la entidad.

Hoy, la romería se realiza en la finca Romanitos, a tres kilómetros del pueblo en dirección hacia Encinasola, y tiene lugar en torno al tercer fin de semana del mes de mayo.

Las paredes que cubren la ermita en la provincia onubense. Las paredes que cubren la ermita en la provincia onubense.

Las paredes que cubren la ermita en la provincia onubense. / H.I (Huelva)

El estado de abandono actual del templo recuerda a lo que fue la Ermita de las Virtudes, en La Nava, convertida durante años en cuadra para animales de granja. En el caso de la iglesia navina, el pueblo y las administraciones lograron rehabilitarla y convertirla en un espectacular centro cultural. No ha sucedido lo mismo con otros edificios emblemáticos serranos, como la iglesia de San Salvador en Puerto Moral. La primitiva Ermita de la Aliseda es uno de los enclaves históricos y patrimoniales más desconocidos de la provincia de Huelva, que se ha mantenido en pie quizás debido al aislamiento de la zona en que se ubica y que precisa un rescate que permita su permanencia a lo largo del tiempo.

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