Las Hermanas de Belén, felices por "la ayuda de toda Huelva" en la construcción de su monasterio en la aldea de Marigenta

Así avanza el monasterio que están construyendo las Hermanas de Belén en una pequeña aldea de Huelva.
Así avanza el monasterio que están construyendo las Hermanas de Belén en una pequeña aldea de Huelva. / M.G.

Huelva entera sigue de cerca los avances de las Hermanas de Belén con la fundación de su nuevo Monasterio. Desde que llegaran el pasado mes de marzo a la aldea de Marigenta -en Zalamea la Real- para ponerlo en pie desde cero, han sido muchos los ciudadanos que se han interesado por la singular labor de Yohanan, Christ Gracia, Salvada y Sol Miriam.

Las cuatro hermanas no solo pretenden crear un templo para la oración y el recogimiento bajo el nombre de Nuestra Señora de la Bondad de Dios, sino que buscan fundar una nueva comunidad de oración y contemplación dentro de la Familia Monástica de Belén "y así continuar con su misión contemplativa en España".

Comenzaron su labor en la provincia durante la Cuaresma, tras ser recibidas por la Diócesis de Huelva con la celebración de una simbólica Eucaristía, y actualmente se encuentran esperando que las lluvias den una tregua para seguir con las labores de construcción del monasterio.

El terreno sobre el que irá construido el monasterio.
El terreno sobre el que irá construido el monasterio. / M.G.

"Queremos recalcar que hay mucha gente que no conocemos de nada y que viene hasta aquí gracias a las noticias que se han publicado sobre nosotras en el periódico. Llegan a Marigenta desde Huelva, Sevilla y Córdoba para ayudarnos o simplemente porque quieren conocernos. La verdad es que estamos muy agradecidas", asegura Sol Miriam.

Construcción de la capilla.
Construcción de la capilla. / M.G.

Una de las metas de las hermanas era conseguir terminar la capilla para la Semana Santa, "que claro, con las lluvias que hemos tenido estos meses ha sido complicado", cuenta. "Los días previos a la Semana Santa corrimos muchísimo con la ayuda de amigos. Durante dos fines de semana tuvimos a jóvenes que vinieron a echarnos un cable, así como algunos albañiles. Estuvimos trabajando hasta el último minuto y finalmente el Lunes Santo pudimos celebrar el Triduo Pascual en la capilla con mucha gente que vino preguntando si podía participar. Fue muy bonito", celebra.

La capilla recién creada.
La capilla recién creada. / M.G.

Las hermanas viven de manera temporal junto al terreno donde irá construido el monasterio

Sol Miriam explica que, mientras llega el buen tiempo y continúan con la construcción del edificio, se encuentran residiendo en módulos provisionales junto al terreno. Un lugar donde no solo comienzan a hacer su día a día de manera más habitual, sino donde también tienen sitio para acoger a quienes llegan a visitarlas.

"Ahora hemos recibido dos contenedores más que hemos habilitado para poder acoger a nuestros amigos, a los que vienen. Y, por ejemplo, el sacerdote que nos ha hecho el servicio ha dormido aquí toda la semana", afirma. Una solución habitacional que han habilitado de manera temporal a un kilómetro del terreno sobre el que irá edificado el monasterio. "Desde aquí vemos nuestro terreno, pero ahora sobre el terreno estamos solamente viendo las posibilidades de hacer lo necesario para llevar la luz y el agua y hacer un pozo". Algo que esperan acometer lo más pronto posible. "Y mientras tanto hemos tenido que ubicarnos en otro lugar con un mínimo de condiciones para poder vivir nuestra vida".

En la zona donde residen cuentan también con casetas para los obreros, "donde cada uno tiene su celda" y hasta otra capilla provisional con una Sacristía. Ahora la finalidad de las hermanas es montar "un par de talleres para poder ganarnos la vida con la artesanía".

"Gracias a la caridad no nos falta de nada"

Las hermanas esperan abrir pronto una cuenta bancaria donde depositar los fondos recaudados para la construcción del monasterio. "Estamos esperando a tener un poquito más avanzado el proyecto e iremos pidiendo donaciones más concretas a empresarios".

Por el momento, confiesa que la "constitución del monasterio está todavía en nuestros corazones, pero bueno, sabemos que irá llegando poco a poco. Lo importante es que ya estamos aquí y que ya está la presencia de Jesús, que la gente puede venir a rezar con nosotras y que hay vida monástica, aunque sea de una manera precaria".

Ante todo, quieren recalcar la gran ayuda desinteresada de los vecinos de Marigenta: "Vienen con lechugas, con tomates, con remolacha, con huevos… es impresionante. Acuden a acompañarnos a las misas. Siempre están pendientes de si nos falta algo o de si necesitamos alguna cosa. Es increíble el cariño recibido". De hecho, como curiosidad, Sol Miriam revela que "los días de Semana Santa, como vinieron jóvenes de otras ciudades y no teníamos lugar para alojarlos, las mujeres del pueblo recibieron en sus casas a estos jóvenes que vinieron a pasar la Vigilia Pascual con nosotras y fue precioso".

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