Provincia

Una familia muy querida y respetada por todos los vecinos de Niebla

  • La empresa de relojería y joyería es modélica en Andalucía por sus franquicias.

Cariño, admiración, respeto, agradecimiento. Todos los sentimientos son positivos entre los iliplenses al hablar de Valentín Ramos y su familia. Los elogios no son pocos; a la persona y al trabajador, al vecino de toda la vida y al empresario. Se destaca su sencillez, su accesibilidad, su abnegación en el trabajo y su generosidad; lejos de la imagen que cualquiera pueda hacerse de un empresario de éxito, reconocido y premiado en Andalucía. Ahí su firma es ejemplo de buen hacer, un modelo de cómo franquiciar y exportar, y de cómo triunfar a base de esfuerzo y sacrificio desde la juventud.

Valentín Ramos aún no es sexagenario, pero acumula una experiencia vital intensa, fruto de su carácter emprendedor que le llevó a subir y colocar poco a poco a su marca en una de las más vendidas dentro del sector relojero en España.

Todo empezó cuando, muy joven, se hizo cargo de una pequeña tienda comercial de comestibles situada en el centro del pueblo. Ya entonces, todos los viajes que realizaba por el país le servían para captar ideas que más tarde utilizó para la empresa familiar. Amplió horizontes, más allá de las murallas de Niebla, y expandió su actividad por toda la comarca, incrementando la oferta desde comestibles a electrodomésticos, conviertiendo la tienda en una especie de centro comercial con más de 20 empleados. Y aún no había cumplido los 25 años.

Fue después, tras un viaje a Alemania, cuando se planteó un negocio alternativo con la venta de bolígrafos de la marca Goldring. Era la génesis de su negocio más conocido. No se equivocó con esta apuesta; las facturaciones fueron asombrosas, lo que le llevó a mejorar el producto con estuches que incluían relojes. Y consiguió un éxito aún mayor, gracias a originales diseños y llamativas presentaciones. A mediados de 1986, el sello Valentín Ramos nació en la comercialización de los relojes.

Primero se produjo la venta en almacenes y tiendas de todo el país, más de 3.000, que obligaron a ampliar el catálogo hasta las 3.500 referencias. Para favorecer su exposición, en 1995 se creó una prueba piloto de local comercial propio en pleno centro de Sevilla para estudiar la constitución de una franquicia. Y de nuevo la intuición del empresario iliplense dio en el clavo.

La firma ha llegado a contar con más de 100 tiendas, generando 60 empleos directos y 300 indirectos. El almacén siempre ha estado situado en Niebla, junto a la vivienda familiar, de donde eran frecuentes la entrada y salida de camiones de gran tonelaje con material para su posterior ensamblaje y distribución.

Según la información de la web de la empresa, la facturación anual es de 8 millones de euros, y se hace notar que distintas clasificaciones sobre franquicias colocan a Relojes Valentín Ramos entre las 100 primeras, y entre las 20 más dinámicas, además de ser destacada por su rápida expansión y por su proyección internacional.

En este tiempo, Valentín Ramos ha sido premiado con el Galardón Emprendedor del año 2000, con el Reconocimiento Empresarial Junta de Andalucía 2002 y con el Empresario del Año de la Federación Onubense de Empresarios, entre otras distinciones.

Pese a esto, Ramos es una persona muy discreta, que siempre se ha mantenido en un segundo plano, entregado siempre a su labor en la empresa, que siempre ha sido controlada directamente por su familia, de la que su hijo Daniel es una de las principales figuras.

La firma se ha expandido por el extranjero en países como Portugal, Italia, Francia, Holanda, Grecia y México, y tiene presencia en Alemania, Finlandia, Malta, Rusia, Estados Unidos, República Dominicana, China, Israel, Japón, Marruecos y Nigeria, según se apunta en su web.

Ahora, la crisis económica que afecta a todos los sectores productivos también se ha dejado notar en Relojes Valentín Ramos, cuya plantilla se ha visto reducida drásticamente a media decena de empleados, aunque la actividad se mantiene, siempre contando con vecinos de Niebla.

El empresario iliplense ha permanecido estos años vinculado a su pueblo, en el que siempre ha sido una importante fuente de ingresos y empleo. Sólo sus viajes de negocio al extranjero, antes más frecuentes, o sus escapadas a Mazagón, le han alejado unos días de sus raíces. Es un iliplense más y sus paisanos así lo ven. Todos están ahora con la familia para expresarle su apoyo tras el desagradable suceso de ayer.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios