Casi 19.000 escolares se conciencian en la defensa del entorno natural
plan aldea
El proyecto cuenta con cuatro líneas de intervención renovadas para conservar los recursos naturales
Un total de 80 centros onubenses han puesto en marcha la iniciativa
Un total de 18.844 alumnos y alumnas de 80 centros docentes públicos de Huelva han participado durante el pasado curso 2017/18 en las actividades del programa educativo que se enmarca dentro de la iniciativa ALDEA (Educación Ambiental para la Comunidad Educativa). Este proyecto, que tiene como objetivo promover en las aulas iniciativas para la conservación de los recursos naturales y el desarrollo sostenible desde una perspectiva integral y con enfoques didácticos innovadores, ha contado además con la implicación de 1.726 docentes y expertos en la materia a tratar.
El renovado programa de Educación Ambiental para la Comunidad Educativa, que se desarrolla a través de la Consejería de Educación y con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, se estructura en cuatro líneas de intervención que incluyen diversos proyectos y actuaciones. En este caso, son Educación Ambiental e investigación participativa; Educación Ambiental sobre sostenibilidad y cambio global; Educación Ambiental para la conservación de la biodiversidad y en último lugar, Educación Ambiental en los Espacios Naturales.
Dentro de la primera línea, que está dedicada a la investigación participativa, se incluye el programa desarrollado por la Red Andaluza de Ecoescuelas, que forma parte de una red internacional que se extiende por 59 países y en la que están implicados más de 46.000 centros de todo el mundo.
En España hay actualmente 541 ecoescuelas en activo, de las que casi el 64% están en Andalucía. Una ecoescuela es un centro educativo que desarrolla un proceso de mejora ambiental, mediante la investigación a través de una auditoría y posterior corrección de las deficiencias detectadas, que supone asimismo un progreso en la práctica educativa. De las 346 ecoescuelas andaluzas, 52 están además galardonadas con la Bandera Verde que las reconoce como modelo de buenas prácticas ambientales. Entre los objetivos de este programa, destacan generar una organización dinámica e integradora entre todos los agentes, así como desarrollar un proceso metodológico del programa, e impulsar el cambio y la concienciación entre el alumnado.
Por último, además de la iniciativa de Educación Ambiental para la Comunidad Educativa, la Consejería ha desarrollado un segundo ámbito de trabajo, que está dedicado a la sostenibilidad y el cambio global, y que tiene como objetivo implicar a la ciudadanía en la defensa del entorno desde la educación, especialmente a los más pequeños. El primero de ellos es Terral, que se enmarca dentro del cambio climático; el segundo, Recapacicla, destinado a los residuos y el reciclaje, y Ecohuerto, que trata sobre la utilización de los huertos escolares ecológicos como recurso educativo en las aulas.
Sostenibilidad y cambio global como herramientas principales
En la línea de la Educación Ambiental para la conservación de la biodiversidad, que busca promover actitudes como la curiosidad, el respeto y la valoración del patrimonio natural, se llevan a cabo también los proyectos Semilla, sobre los ecosistemas forestales y la flora silvestre; Pleamar, sobre el medio litoral, y Educaves, dedicado a la conservación de las aves y sus hábitats. Asimismo, se aborda el conocimiento y búsqueda de soluciones a los problemas socioambientales de los espacios naturales a través de proyectos como Doñana, Sierra Nevada, La Naturaleza y tú y actuaciones de educación ambiental en la Red de Espacios Naturales Protegidas de Andalucía. En este sentido, el programa ALDEA se configura como una herramienta única para favorecer el desarrollo de las competencias clave del alumnado, el intercambio de experiencias educativas, el trabajo en equipo, la creación de redes profesionales, el trabajo por proyectos u otras metologías que propicien, en definitiva, un cambio en las conductas ambientales con el entorno y que incida en la práctica educativa diaria, y acompañados por expertos en la materia. Todo ello busca el fomento de la participación educativa en la sostenibilidad medioambiental junto a un entorno de aprendizaje.
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