El empresario Manuel Calo, hallado muerto en su finca de Sanlúcar

Sánlucar de guadiana

El cadáver del propietario de Alameda y Punta Mar presentaba evidentes signos de violencia, según la Guardia Civil, estaba atado y al parecer fue golpeado y tiroteado tras desvalijar su casa

El chalé que se construyó Manuel Calo hace más de diez años está situado junto al Guadiana, junto a un embarcadero.
Redacción / Sanlúcar De Guadiana

08 de octubre 2008 - 05:01

El empresario onubense Manuel Calo, de 64 años, apareció el pasado lunes a mediodía muerto en un chalé de su propiedad situado a las afueras de Sanlúcar de Guadiana. El cuerpo del empresario, muy popular en Huelva al haber regentado establecimientos tan frecuentados como las discotecas Alameda y el Punta Mar, tenía evidentes signos de violencia y la Guardia Civil no tiene dudas de que se trata de un vil asesinato cometido probablemente por varias personas.

Aunque el Juzgado de Ayamonte ha decretado el secreto del sumario y todavía no se conocen los resultados de la autopsia practicada, ha trascendido que el cadáver presentaba numerosos golpes y tenía la cabeza destrozada, incluso que fue rematado de un tiro de gracia, así como las piernas atadas con un cinturón. El domicilio había sido registrado y desvalijado por el autor o los autores del crimen aunque el móvil del asesinato aún no está claro. De momento, se barajan varias hipótesis, desde un ajuste de cuentas hasta un robo que habría sido perpetrado por gente que conocía muy bien el lugar y sabía lo que buscaba. El hecho de matarlo se relaciona con el conocimiento de sus verdugos. A simple vista no se observaban signos de haber forzado puertas y ventanas y la presencia de varios perros de gran tamaño echaba para atrás a los curiosos que observaban la finca, hasta ayer tarde vigilada muy de cerca por la unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil.

El cuerpo de Calo fue hallado por un jardinero sanluqueño que se encargaba de cuidar el chalé y precisamente acudió a visitar a Manuel para arreglar algunas cuestiones de la casa. Al encontrarse la vivienda abierta y revuelta avisó a la Benemérita.

Una vecina habría declarado a la Guardia Civil que vio al empresario hablando por teléfono en el jardín de su casa el viernes por la tarde por lo que se supone que el crimen fue cometido en la madrugada del viernes al sábado. Un coche de la víctima ha aparecido en un carril próximo a su domicilio y fue probablemente utilizado por los asesinos en su huida. Precisamente, su teléfono móvil se ha convertido en una de las pruebas claves para reconstruir sus últimos pasos desde que salió de Huelva, ciudad a la que venía a diario, hasta que el jardinero encontró el cuerpo.

La casa de Calo está situada a las afueras de Sanlúcar, en el camino que conduce al cementerio y tiene fácil acceso tanto desde el terraplén como desde el río Guadiana, donde cuenta con un embarcadero particular trasero para amarrar su barco.

Manuel Calo llevaba viviendo en Sanlúcar unos quince años y los vecinos que le han tratado aseguran que su personalidad ha ido cambiando con el paso de los años, al pasar de un estado anímico extrovertido y con gran afán por las fiestas en el chalé hasta todo lo contrario, una persona retraída que apenas hablaba con la gente del lugar.

Sanlúcar de Guadiana vivió conmocionado la aparición del cadáver pero como buen pueblo fronterizo guardó el trágico suceso en el más absoluto de los silencios.

Las pesquisas policiales se centran ahora en el entorno de la víctima y sus relaciones de invitados ya que el lugar y el nivel de vida que llevaba eran conocidos por personas de toda suerte y condición.

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