La contratación en origen se supedita al empleo nacional

La Mesa de la Inmigración ha cambiado este año su filosofía en lo que se refiere a las contrataciones en origen de extranjeros para trabajar en la campaña agrícola y más concretamente en la fresa. Este año se esperará a agotar la contratación de los trabajadores nacionales inscritos en el régimen agrario para proceder después a dar empleo a los extranjeros que estén interesados en viajar hasta Huelva para trabajar en tareas agrícolas. Así lo explicó ayer el presidente de la Mesa y subdelegado del Gobierno en Huelva, Manuel Bago, que también apuntó que el cambio de estrategia responde a la situación de crisis económica a nivel nacional y que también afecta a la provincia de Huelva. Dijo que "efectivamente nos encontramos en unas condiciones no tan favorables como en años anteriores, lo que requiere de un esfuerzo de coordinación y eficacia por parte de las administraciones para asegurar el trabajo a los que tenemos aquí; no podemos traer trabajadores de fuera mientras no sepamos si lo que hay aquí quieren trabajar en el campo".

La iniciativa de este cambio de actuación la adoptó ayer la Comisión de las Migraciones a propuesta de las administraciones públicas. Sin embargo, Manuel Bago insistió en que este año más que nunca el "objetivo es que no puede quedar ni un sólo trabajador nacional regularizado sin trabajar si es que realmente así lo quiere".

Bago explicó que la demanda de contrataciones en origen de los empresarios actuará como una bolsa de trabajo que se abrirá una vez que se hayan agotado las posibilidades de empleo nacional. El cambio no lo es tanto teniendo en cuenta que desde el inicio de la contratación en origen tanto administraciones como sindicatos se esforzaron en que no quedara ninguna desempleado agrario en las listas del paro de la provincia mientras hubiera trabajo en la campaña agrícola onubense.

Bago aseguró que todos los miembros de la Comisión han estado de acuerdo con esta línea de actuación. Además la delegada de Empleo de la Junta, María José García Prat, señaló que su departamento está haciendo un esfuerzo importante para informar a todos los trabajos inscritos en el Régimen Especial Agrario (REA) para que conozcan la oferta de los empresarios agrícolas. Así los datos de estos trabajadores se van a cruzar con la demanda de trabajo que tramitan los empresarios. Aunque según los datos que tiene Empleo el número de inscritos en el REA, de momento, no ha variado con respecto a años anteriores.

De cara a la próxima plantación de la fresa, que comenzará a finales de septiembre o principios de octubre, se va a seguir el procedimiento de años anteriores. Así la Mesa de las Migraciones ayer ya recogió la demanda de los empresarios para tramitar los contratos en origen para esta fase. De momento los empresarios han solicitado cerca de 6.000 trabajadores extranjeros, de los que el 55% son reclamados por los socios de la organización Freshuelva, la mayor del sector.

Aunque el subdelegado del Gobierno insistió en que esta cifra, que es similar a la del año anterior, es orientativa pues como es habitual ahora se tendrá que analizar la petición en base a los jornales que cada empresario firmó a los trabajadores el año anterior. Normalmente, tras este filtro la Mesa recorta sensiblemente la cifra solicitada por los empresarios.

Los cambios más significativos de la próxima campaña agrícola sobre contratación se pueden producir en la segunda fase, momento en el que los empresarios freseros reclaman un importante número de trabajadores. Es por ello que la Delegación Empleo de la Junta se comprometió ayer a presentar en el mes de septiembre un estudio sobre el desempleo de la provincia y la disponibilidad laboral. En base a este estudio, los representantes de las administraciones públicas dejaron ayer la puerta abierta a que durante la recolección las posibilidades de trabajar en el campo se amplíe a otros sectores laborales y no sólo a los inscritos en el RAE.

Para la fase de recolección de la fresa el año pasado llegaron hasta la provincia de Huelva alrededor de 25.000 temporeros procedentes de diferentes países, fundamentalmente marroquíes y rumanos.