El joven asesinado en Ayamonte, I.B., cuyo cadáver fue encontrado con un disparo en el pecho, alertó en 2010 de la desaparición de otro vecino de la localidad, Rafael Paulete Aguilera, aunque nunca fue encontrado.

Fuentes cercanas a la familia han indicado que el fallecido fue quien alertó el 19 de febrero de 2010 a la familia de Paulete Aguilera de su desaparición, un hombre que entonces tenía 36 años, y por cuyo supuesto rescate la familia llegó a pagar incluso 30.000 euros un año después de su desaparición.

De hecho, la investigación en torno a la muerte de I.B., de 34 años, intenta, de forma paralela, averiguar si hay alguna conexión entre los dos sucesos, según informaron fuentes de la misma.

Mientras, centenares de vecinos de Ayamonte acudieron a la capilla del cementerio de la localidad para asistir al sepelio por el joven encontrado, que fue enterrado posteriormente en el cementerio ayamontino, una vez que los forenses entregaron el cuerpo a la familia a primera hora de la mañana tras terminar la autopsia.