La Torerera sigue cerrado trece años después de su inauguración

El complejo turístico costó a la Junta 900.000 euros · La alcaldesa pretende relanzar el proyecto, que incumple algunos principios legales desde su construcción

El complejo está situado en aguas del embalse del Riscoso y cuenta con trece cabañas.
El complejo está situado en aguas del embalse del Riscoso y cuenta con trece cabañas.

Trece años después de su inauguración, el complejo turístico de Torerera sigue sin funcionar. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía continúa realizando labores de mantenimiento pero las instalaciones mantienen sus puertas cerradas. La alcaldesa de Calañas, Ana Carmen Romero, municipio donde de ubica, tiene intención de relanzar el proyecto y solicitar la apertura del campamento para potenciar el desarrollo turístico de la zona.

El proyecto fue inaugurado en 1998 y presenta en la actualidad el estado de abandono que ha caracterizado el complejo en los últimos años, ya que el Ayuntamiento no ha conseguido desbloquear su cierre. La Junta, propietaria de los terrenos, y el sindicato UGT, promotor y concesionario de las instalaciones, no han cumplido con el paso de tiempo con la finalidad del proyecto que no era otra que poner esta zona en valor natural para el disfrute de los ciudadanos.

Uno de los últimos intentos del Ayuntamiento de Calañas se remonta a la moción presentada por la Corporación años atrás para recuperar la gestión municipal o a través de una empresa privada el campamento y la finca en que se encuentra en aguas del embalse del Riscoso para su aprovechamiento para el turismo rural.

El desbloqueo de la Torerera tuvo visos de solución en 2003 cuando era secretario general de UGT Huelva, José Martín, quien mantuvo encuentros con el Gobierno local calañés. El proyecto había costado a la Administración andaluza casi 900.000 de euros (146 millones de las antiguas pesetas). El Ayuntamiento se quejó entonces que la inversión pública no se había gestionado bien a tenor de los resultados registrados: el cierre a cal y canto de las instalaciones. Además, el complejo no sólo carecía de actividad turística sino que había comenzado a deteriorarse, daños que se producía desde las trece cabañas, a la tienda de avituallamiento, lavaderos y duchas comunes y el propio edificio que construyó con fondos municipales el Ayuntamiento con el fin de albergar un restaurante.

La iniciativa de la Corporación calañesa no dio los frutos deseados a pesar de las presiones del hasta hace poco alcalde calañés, Fernando Recio, que se rodeó de un equipo dispuesto a llamar a las puertas de su propio partido (PSOE) con el fin de recuperar un proyecto que podría ser uno de los puntos de diversificación económica de una comarca que en los primeros años del milenio contemplaba como se acababa su principal sustento económico, la minería. Había sido una iniciativa más de las que había promovido en los años al frente del Ayuntamiento.

Después de un silencio de más de cinco años desde que fue inaugurado el campamento turístico, UGT argumentó dos motivos por los cuales le era imposible poner en valor el complejo: las barreras arquitectónicas y la ubicación de las cabañas bungalows en aguas del pantano. Las instalaciones incluyen una zona de acampada en terrazas en la orilla del embalse por lo que no es accesible para las personas con discapacidad. Además, la Confederación Hidrográfica del Guadiana no permitía que los pilares de las cabañas estuvieran dentro del agua.

Después de producirse algunos encuentros de primer nivel, parecía que el proyecto finalmente se iba a desbloquear. Incluso se llegó a proyectar la recuperación del poblado minero de para turismo ecológico. Años más tarde todo sigue igual. Tan solo se llevan a cabo labores de mantenimiento, las últimas este año, a raíz del convenio firmado por el Ayuntamiento de Calañas con la Junta. Se trata de trabajos de carácter medioambiental, relativos a la limpieza de las instalaciones y entorno de prevención de incendios y ajardinado.

La apertura de complejo encierra en la actualidad dificultades añadidas debido a los cambios legislativos que en esta materia se han producido desde que se firmó el convenio para su construcción, aunque su adaptación no está descartada y los problemas pueden subsanarse. Sin embargo, el hecho de no haber tenido en cuenta esos principios legales, la apertura del camping resulta ahora compleja.

Un cartel indica aún la ubicación del camping. Algunos turistas intrépidos en busca de lugares alternativos se han acercado hasta allí este verano. El camino que han tomado les ha conducido a un lugar olvidado.

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