La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) dará luz verde a principios de marzo al proceso por el que el grupo Tragsa se encargará de la reorganización de los sondeos de abastecimiento de agua a Matalascañas, en Almonte, para salvaguardar los valores naturales de Doñana.

Lo ha anunciado este martes el presidente de la CHG, Joaquín Páez, durante un encuentro con la alcaldesa del municipio onubense, Rocío del Mar Castellano, tras el que ha explicado que esta medida "dará cumplimiento a la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia, que apremiaba a España a implementar en su planificación hidrológica medidas que evitaran la alteración de los hábitats protegidos de la zona de especial protección para las aves de Doñana, ocasionada por las extracciones de agua subterránea para abastecer el núcleo costero".

En la actualidad, Matalascañas se abastece de una batería de cinco sondeos con profundidades de entre 152 y 182 m y una concesión máxima de 2,75 hm3/año; de este volumen se extraen anualmente unos 2,2 hm3 de agua subterránea -en un acuífero que en esa zona tiene una recarga media de más de 70 hm3-, para abastecer a una población estacional de 160.000 habitantes, que los fines de semana pueden llegar hasta los 300.000.

El objetivo de la actuación prevista consiste en la clausura de los dos sondeos existentes en el extremo oriental de Matalascañas y su sustitución por otros dos en el extremo más occidental para lograr un ascenso en los niveles piezométricos en la zona más próxima al complejo lagunar y favorecer su recuperación.

Reunión para tratar los sondeos.

En este sentido, Páez ha concretado la previsión del aumento de nivel de la laguna del Charco del Toro, "para lo que se espera un aumento de 1,3 metros de media".

Para disipar cualquier incertidumbre sobre la capacidad de estos nuevos pozos, la primera actuación que se va a desarrollar consistirá en la ejecución de un sondeo de investigación y, una vez se compruebe la viabilidad del sondeo, la CHG pondrá en marcha el proyecto para completar la actuación con la ejecución de un segundo pozo, la red de distribución que permita conducir el agua hasta la red de abastecimiento al núcleo urbano, y la instalación de dos nuevos piezómetros, con la finalidad de tener un mayor conocimiento del posible avance de la interfase agua dulce-agua salada en la zona.

Estos trabajos, que contarán con una inversión total de 1,2 millones de euros, se enmarcan en la batería de medidas impulsadas desde el Marco de Actuaciones de Doñana del Ministerio para la Transición Ecológica, dotado con una inversión de 356,3 millones de euros y previsto en el Plan Hidrológico del Guadalquivir 2022-2027.