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Perros de caza atacan a los rebaños en fincas privadas del Andévalo

  • Varios propietarios locales han perdido alrededor de una treintena de cabezas de ganado, entre ovejas y borregos · Algunos ganaderos han presentado denuncias reiteradas ante la Guardia Civil

Varios ganaderos de El Cerro de Andévalo están perdiendo cabezas de ganado a causa de las agresiones que sufren los animales por parte de perros de caza, que quedan sueltos en el campo tras las monterías de los fines de semana. Los canes atacan a ovejas y borregos que acaban muriendo desangrados por los mordiscos que sufren, principalmente, en la parte del cuello. Los incidentes se detectaron después de varios fines de semana consecutivos del mes de diciembre. En total han muerto o desaparecido unos treinta animales.

Los ganaderos locales han puesto varias denuncias ante la Guardia Civil de Huelva por esta causa e, incluso, alguno de ellos más de una al haberse encontrado ganado muerto en varias ocasiones y siempre después de la montería.

Los propietarios de ganado afectados por esta situación son pequeños ganaderos que se sienten indefensos ante las pérdidas periódicas de ganado, "no ha sido la primera vez que pasa. Todos los años tenemos que asumir la muerte de varios animales porque los cazadores dejan perros sueltos por el campo tras las cacerías", señalaron. Los canes que suelen ser perros de reala "están amaestrados para atacar y matar", aseguraron. Por eso piden que se actúen contra las agresiones que sufren las cabezas de ganado mientras permanecen encerradas en las propiedades privadas.

Los ganaderos tienen que demostrar qué perro ha sido el que ha atacado al ganado muerto para tratar de acceder a algún tipo de indemnización, pero no es tarea fácil. Uno de los propietarios logró capturar uno de ellos, que van perfectamente identificados, y ahora confía en que el dueño del perro o la sociedad que organizó la montería le pague algo. En todo caso los propietarios no ven una solución en estas indemnizaciones porque "nunca cubren las pérdidas", afirmó uno de los ganaderos que perdió una decena de ovejas, de las que seis estaban preñadas, " de dónde saco yo ahora crías", se pregunta. Si además el ganado está certificado como ecológico, el perjuicio para el propietario es mayor.

El alcalde de El Cerro, Juan Manuel Borrero, se puso ayer de parte de los ganaderos y se comprometió a estudiar el tema y tratar de adoptar alguna solución. Dijo que "intentaré reunirme con la autoridad competente para tratar de evitar que los ganaderos locales sigan perdiendo animales", aunque insistió en que, primero, debe estudiar la cuestión.

La Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión. Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca) reconoce que después de cada montería algunos perros de ralea se despistan o se quedan atrás. Normalmente al final de las cacerías se hacen batidas para recuperar los animales que quedan sueltos pero, fuentes de la asociación indicaron que, es inevitable que alguno quede en el campo, de la misma forma que subrayaron que todos estos perros "llevan la correspondiente identificación".

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