La Palma brinda su mejor caldo a las capitales andaluzas

Fue la quincuagésima primera edición de la Fiesta de la Vendimia en el Condado, si bien su puesta en escena y escenografía sorprendiendo como la primera vez. Aderezada por la solera que sólo el curso del tiempo es capaz de imprimir, el ritual del Nacimiento del Vino se produjo un año más para brindar desde La Palma a toda Andalucía y, en especial, a las ocho capitales andaluzas a las que en esta cita se rinde tributo y homenaje.

Nada más apagarse el fulgor de la tarde el escenario, sobre el que se daba cita un bello crisol iconográfico con los escudos de las ocho provincias y la vid, santo y seña de las raigambres palmerinas, se soñó una copla con Nardo con Bata de Cola. Desde las entrañas de la explanada del Corazón de Jesús la música irrumpía, mientras que frente a ella y bajo la portada de la iglesia parroquial el arte comenzaba a tejer alegorías de raíces vitivinícolas, fiel testigo de la cultura condal.

Tras este preámbulo el alcalde de la Palma del Condado, Juan Carlos Lagares, desvelaba las sobradas razones que justificaban la dedicatoria de estas fiestas a las capitales andaluzas y, en particular, a Sevilla y Huelva, dos ciudades geográficamente a caballo de la propia ciudad Condal.

En pleno ocaso del día, las damas de honor de los festejos reemplazaron el fulgor del astro rey haciendo acto de presencia para tomar su trono. Gloria Aguilar, Leticia Carballo, Ángela Martín, Celia Recio, Miriam Martín, María Rodríguez, Loli Soriano y Ángela Soriano conformaron el cortejo de damas que acompañaron la coronación de la reina de las fiestas: Teresa Pinto.

Nuevamente la copla torno al escenario esta vez con la interpretación del Romance de Zamarrilla, ejecutada magistralmente por los bailarines Vanesa Pérez y David Gutiérrez, quienes cambiaron las tablas por la pared de la emblemática iglesia de San Juan Bautista. Se trató, sin duda, de uno de los espectáculos que más aplausos arrancó en la noche.

Con esta espectacular antesala se dio lectura al acta de nombramiento de los capataces de honor y la entrega de la venencia al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, y el de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Tras sus respectivas palabras de agradecimiento, nuevamente la vena artística torno al escenario con la interpretación de Ríos de Pasión y fandangos de Huelva.

Una vez sofocado el último quejío, la Patrona de los labradores y campos de La Palma, Nuestra Señora de Guía, apareció por la portada de la iglesia para presenciar la bendición de la uva oficiada por el reverendo y vicario de la parroquia Karol-Adam Zuraw. A partir de ahí se construía el ritual ancestral con las labores de acarrear la vid y la molturación que dará luz al mosto que, tras la alquimia del tiempo, conformarán el nuevo caldo al que veneraran los agricultores.

Amor por este majar fue lo que destiló el mantenedor y tertuliano político Miguel Durán, quien ofreció un bello panegírico tendente a ensalzar la tradición. El que fuera alma mater de la ONCE, Telecinco y Onda Cero en pleno apogeo de ambos entes, conquistó a los presentes con una disertación de las cualidades de la vid.

Hoy por hoy la Fiesta de la Vendimia es el elemento de distinción de la Feria palmerina, si bien a lo largo de estos días el pueblo disfruta de una amplia programación festiva, cuyos actos se desarrollarán hasta el próximo lunes en el Real, donde tendrán lugar las distintas actuaciones de artistas y chirigotas así como los espectáculos infantiles.