Gente de aquí y allá

Merita Diez Vázquez: puntaumbrieña por los cuatro costados

Merita Diez Vázquez, puntaumbrieña por los cuatro costados.

Merita Diez Vázquez, puntaumbrieña por los cuatro costados. / Fernando Barranco Molina (Huelva)

Mi infancia transcurrió junto a la de ella. Mari Carmen Diez que ese es su nombre de verdad, es hija de militar, igual que yo y tuvimos una infancia jugando en el barro junto a mis hermanas y otros amigos, Jesús Conde y su hermano Juan José, Rafalin Yorquez, Jeromin Gallego, Tete y sus hermanas, Esperancita y otros más, y lo pasábamos muy bien en la plazoleta jugando a pídola, al pincho, al futbol y otros juegos infantiles. Merita y yo nacimos el mismo año, con diferencia solo de días, ella pasaba épocas en Sanlúcar de Barrameda porque su padre era de allí y otras en Punta Umbría porque su madre vivía en este paraíso cuando su padre vino destinado después de la guerra y se conocieron y se casaron y aunque luego él fue destinado a Huelva, ya todos los fines de semana no faltaban a su cita con la tierra de su madre y su primera hija, Merita que es con el nombre con el que la hemos conocido siempre, nació en Punta Umbría y así reza además en su documentación, cosa que no todos los puntaumbrieños pueden presumir.

Su bisabuela fue la gobernanta del Hotel Colon, cuando este hotel se construyó y fue catalogado como el mejor hotel de Europa. Esta señora que era inglesa, se casó con un español y tuvo cinco hijos, una de ellas fue la madre de Merita que fue la que se casó con el Capitán Hermenegildo Diez, que también tuvo a su hija la extraordinaria pintora Viky que tiene su estudio y tienda en la calle Ancha en el edificio donde existió la “casa de los encantitos” que es donde ellos vivieron muchos años y el menor de los hermanos que también se llama Hermenegildo y lo conocemos por Erdi.

Hermenegildo padre era amigo de Pascacio, de Salvador Toscano y de su hermano Antonio Toscano y este fue quien le presentó a la madre de Merita que era la hermana de una persona muy conocida, el célebre Tony Vázquez y fue donde surgió esta familia de tanto arraigo y amor por Punta Umbría.

Merita se casó con Bartolomé Delgado Zamora y ya no se movió de Punta Umbría donde tuvo tres hijos Rodrigo y Antonio que son Ingenieros y una hija a la que también llamo Mery y que se casó con Jaime, un empresario propietario de un taller de reparaciones del automóvil, con bastante éxito porque es un gran trabajador y muy amable.

Merita derrocha mucha simpatía y a todo el mundo conoce y saluda, bien es verdad que sus amigos de verdad son desde pequeños, Fernando González de Canales, que también éramos vecinos desde que nacimos, Rafael Delgado Fuentes con quien compartí clases en el colegio francés y por supuesto mis hermanas que también son muy amigas y se tienen mucho cariño, todavía me recuerda Merita que se aprendió de memoria las declinaciones de latín con mi hermana Pili que se las hizo memorizar, mis hermanas siempre fueron muy listas.

Decía que ella va saludando a todos el mundo por la calle y todas las mujeres del pueblo son muy amigas suyas y especialmente es amiga de todas las personas pobres y necesitadas con las que tiene para todas algún regalo, algunas monedillas y por supuesto palabras de aliento y de cariño, tanto es así que el otro día le dijo uno de los que esta generalmente en la puerta de la iglesia del Carmen, que si no tenía nada para darle, no importaba pero que no faltase nunca y le hablara todos los días que eso le daba a él mucha alegría.

Merita también le gusta escribir, cosas de su infancia, sobre todo, de su familia y todo lo que se le viene a la mente relacionado con Punta Umbría, así escribió un precioso libro al que llamó “Punta Umbría de mi alma, caminitos de madera”, donde cuenta muchas anécdotas de muchas personas del pueblo, personas muy conocidas entonces y muy recordadas ahora, y otras muchas que las generaciones actuales no conocieron ni tienen referencias de ellas, asi aparecen en este libro, Combes, Don Emilio el médico, Antonio “el chinguito”, Vides, Carlota la corredora, y El Lolo, Miranda y tantos personajes de aquella Punta Umbría que se nos fue.

Pero no solo escribe sobre esta gente tan querida, también escribe de lugares con encanto que ya no existen por los que hemos jugado todos los niños y disfrutamos de sus olores a retama, a dunas, a salitre, a marea baja con algas y donde cogimos caballitos de mar y estrellas de mar, afición que Merita sigue con ella, porque va a la playa todos los días y vuelve a su casa cargada de recuerdos marinos con lo que después ella hace unas pequeñas obras de arte, porque Merita es además una gran artista como también lo es su hermana Viky.

Ella colabora con todas las instituciones que hacen cosas por los necesitados como son “Proyecto Hombre” que todos los años montan un mercadillo donde todas las ganancias van para los pobres, al igual que Vicente Ferrer que tanto hace por el tercer mundo o aquí mismo a nivel local con el proyecto Nain cuya labor entre los jóvenes drogodependientes es mayúscula.

Mari Carmen Diez Vázquez, nuestra Merita es muy católica, ella tiene siempre a Dios con ella y por eso es tan solidaria.

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