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Juanito Coronel: La cuna de la independencia

Juanito Coronel: La cuna de la independencia

Juanito Coronel: La cuna de la independencia / Fernando Barranco Molina (Punta Umbría)

Tengo que reconocer que cuando visité la casa de Aquiles Serdán en la preciosa ciudad mexicana llamada Histórica Ciudad de Puebla de Zaragoza, aunque conocida como Puebla, me emocioné porque estaba visitando el lugar donde empezó la Revolución Mexicana. Era la vivienda de la familia Serdán, que además era una zapatería y, aunque salvando las distancias, en la taberna de Juanito Coronel se fraguó la independencia de Punta Umbría.

En el año 1944 nace en Punta Umbría una corriente independentista debido al estado de abandono en el que estaba nuestro pueblo. Sabido es que no había carretera para comunicarnos con el resto del mundo. Estábamos apartados totalmente de la civilización. No había cementerio, nuestros difuntos se trasladaban o bien a Cartaya a través de las dunas a lomos de caballerías o a Huelva en cualquier barco. Aquí no había ni agua corriente, ni saneamiento, pero no voy a repetir lo que tantas veces se ha dicho. Se carecía de los servicios mínimos así que un grupo de señores que se reunían por las tardes en la taberna marinera de Juanito Coronel decidieron luchar en pro de una mejoría para la localidad.

Fueron don Eloy Martín Mayor, don Pascasio Toscano, don Juan Hernández González, don Juan Manuel Ríos Martínez y don Juan Coronel Prieto los creadores de esta Comisión Fundacional que iba a iniciar los trámites para que Punta Umbría se independizara de Cartaya y llegara el día que tuviese su propio ayuntamiento y los puntaumbrieños fueran los dueños de sus destinos.

No imaginaban ellos que el proceso iba a ser tan largo. Casi 20 años duró este recorrido entre recursos y viajes a Madrid. Hay que destacar la valía del asesor jurídico, el señor Ríos, que fue sobre quien recayó todo el peso de la documentación y tantos escritos para demostrar la necesidad de obtener la independencia, que por fin se logró el 15 de enero de 1959 por decreto del jefe del Estado español, pero que aún no fue definitiva, ya que el ayuntamiento matriz de Cartaya recurrió y hasta el 26 de abril de 1963 no pudo constituirse el nuevo y ya definitivo Ayuntamiento de Punta Umbría.

Durante todos esos años la Comisión Fundacional se reunía habitualmente en la taberna marinera de Juanito Coronel como si fuese la sede de todos ellos. Allí se ideó la recogida de firmas de todos los puntaumbrieños que deseaban la independencia, que prácticamente era todo el pueblo.

Por este motivo, la zapatería de la familia Serdán me trajo a mis recuerdos la taberna de los Coronel de Punta Umbría, así que decidí visitar al regente actual, el amigo Juan José Coronel Mora, para hablar un poco sobre tan importante lugar en la historia de este pueblo. Él ahora es el que lo lleva de forma tan magistral, guardando todo el recuerdo de aquella época y con mucho éxito por su buen hacer

Naturalmente que hoy es un bar más moderno, de acuerdo con los tiempos. Pero yo recuerdo aquel señero lugar que llegaba desde la calle Ancha hasta la Ría, con una gran parcela y unas paredes pintadas con unos dibujos muy simpáticos realizados por un señor muy amigo de la familia llamado Domingo y conocido como “Tropezones”. A los camareros se les llamaba “caballeros” porque el plato más típico eran las caballas, que tan bien las preparaban. Ese bar tan famoso era propiedad del tío de su abuela, Diego Mora.

Juan nació aquí el 16 de marzo de 1963, solo un mes antes de que se constituyera el nuevo ayuntamiento, del que su abuelo iba a formar parte. Su abuelo había llegado a este pueblo para casarse con su novia Anita en el año 1929 y fue el secretario de la Comisión Fundacional. Juanito era un niño muy aplicado que estudió sus primeras letras en el Colegio Virgen del Carmen, del que guarda un grato recuerdo de todos los maestros como Paco Rodríguez Cermeño y su esposa doña Juanita, Duque y otros muchos que formaban parte del cuadro de profesores.

Se casó con la encantadora Rosa Márquez Domínguez, que le acompaña en su trabajo diario ya que es una gran cocinera y se ocupa de que los magníficos platos que sirven en el restaurante sean tan del agrado de la clientela.

Y nuestro amigo Juan, inquieto por el futuro de su pueblo, decidió presentarse a las elecciones municipales para poder trabajar desde dentro en pro de las mejoras del mismo. Consiguió un escaño de concejal, desde el cual colaboró por una Punta Umbría mejor, aunque él, diariamente desde su negocio, está haciendo mucho por este pueblo de su alma.

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