Joaquín Jesús Álvarez 'Quin': leyenda de los mares del sur
GENTE DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Nunca pensó que fuera su futuro, pero este marino mercante del pontevedrés Val Miñor enamorado de Punta Umbría, ha surcado los mares de medio mundo
Tengo muchos y buenos amigos en Galicia, especialmente en la provincia de Pontevedra y en la comarca Val Miñor del sur de Vigo. Hoy le voy a dedicar unas letras a un gran enamorado de Punta Umbría que es de allí, Joaquín Jesús Álvarez Leyenda. Mi buen amigo Quin no tiene nada que ver con nuestro pueblo, salvo que le gusta mucho y que ha venido varias veces por mi culpa. Y próximamente volverá a hacerlo cuando termine esta “marea”.
Quin es marino mercante desde hace muchos años y ha navegado por medio mundo, pero por donde más ha surcado los mares ha sido por toda la costa occidental de África. Nació en Baiona la Real, ese bonito pueblo gallego donde arribó Martín Alonso Pinzón a su vuelta del viaje del descubrimiento. Sabido es que en las Azores hubo una gran tormenta a la vuelta y Martín Alonso Pinzón decidió abandonar la expedición de Colón y seguir las indicaciones del marino gallego Sarmiento para volver con seguridad, llegando con la Pinta a las costas españolas antes que el propio Cristóbal Colón. Bueno pues en este pueblo de amplia historia marinera nació nuestro amigo Joaquín en 1960.
Los marineros gallegos han venido mucho a Huelva y muchos de los de aquí han ido a Galicia. No hace mucho me contaba el buen amigo marinero puntaumbrieño de toda la vida Manolito el de Luz, que él fue el primer patrón del barco Alfajeme, que ahora se encuentra en Vigo adornando una rotonda como homenaje a la “gente del mar”. Pero Quin ha navegado en barcos mucho mayores y por eso no vino a Huelva como tantos gallegos. Además, él estaba estudiando Ingeniería de telecomunicaciones y no pensaba en el mar.
Pero empecemos por el principio. Joaquín Jesús Álvarez Leyenda empezó, como todos los niños, a estudiar en su pueblo. Allí aprendió sus primeras letras en el colegio de las monjas franciscanas que precisamente en estos días son noticia porque después de 111 años se marchan de la localidad.
Luego fue a Nigrán y después al Instituto Santa Irene de Vigo para, posteriormente, irse a Madrid a estudiar Telecomunicaciones. Él es el mayor de cinco hermanos. Yo los conocí a todos en el entierro de su padre, pero al que más veces he visto es al quinto, que también fue maquinista naval hasta que la salud le falló y tuvo que dejarlo.
No hace mucho estuve acompañando a Quin, como he comentado, en el entierro de su padre, que falleció siendo ya muy mayor y que había tenido una vida realmente buena y que nada tenía que ver con la mar. Una vez jubilado caminaba mucho por el Val Miñor. Era muy conocido y querido en Baiona porque había sido el taxista con la licencia número 1, el más antiguo de este bonito pueblo.
Quin nunca pensó que su futuro estuviera en el mar, según me contaba en una de nuestras charlas diarias mientras tomábamos unas cervecitas en los lugares emblemáticos del litoral gallego. Un día me regaló un interesante libro en el que le dedican a él un capítulo. Porque mucha gente piensa que en Baiona no existen marineros ni pescadores, que es solo un pueblo dedicado al turismo. Pero no es así. Hay mucho marinero, aunque es verdad que muchos están en barcos grandes de esos que se llevan cuatro o cinco meses en alta mar, como es el caso de mi amigo Quin. Y por eso lo seleccionaron para aparecer en este libro titulado Baiona, la pesca hoy y escrito por Luis Alberto Rey Lama. En él afirma que la villa marinera ya no tiene barcos en la bahía ni pescadores con sus botas y trajes de agua por las calles.
Pero Baiona tiene los barcos de sus marineros faenando por todos los mares del mundo, por lo que sigue siendo un pueblo marinero por excelencia y mi amigo Quin está incluido en todo este entramado, al ser capitán de un gran buque.
Es curioso que un hecho histórico de tanta trascendencia como fue el intento de golpe de estado de Tejero cambiase su vida. Él pronto iba a ser ingeniero en Telecomunicaciones, “teleco” como se suele llamar simplificando. Pero a otro compañero de estudios de su mismo pueblo fue su padre a recogerlo para llevárselo a Galicia, asustado de lo que estaba pasando en Madrid, y le dijo a Quin que se fuera también. Y así fue como allí en Baiona le ofrecieron trabajar en un mercante. Claro que Quin tenía muchos conocimientos eléctricos, de radio, de informática y era poseedor del título reglamentario. Por tanto, reunía las condiciones para ocupar el puesto de piloto en un barco mercante de pesca en Costa de Marfil.
Entre cerveza y cerveza, sentados en el mirador del Parador de Turismo Conde de Gondomar, dentro del recinto amurallado donde en otros tiempos estuvo la ciudad de Bayona la Real, hablamos mucho sobre la vida, tanto tiempo en el mar, y me contó cosas impresionantes como por ejemplo cuando tuvieron que ayudar y rescatar a algunos barcos que naufragaron.
Yo le tiraba de la lengua para que me contara algo sobre las sirenas, ya que yo había leído interesantísimas historias sobre estos seres de la mitología griega que atraían a los marineros con hipnóticos cantos. Pero no, no había visto ninguna sirenita. Homero las nombró por primera vez en su célebre Odisea dando pie a miles de leyendas e historias fabulosas. Todo lo que se ha escrito y contado sobre las sirenas son puras especulaciones de los marinos, debido a tanto tiempo sin ver a una mujer. Yo la verdad es que la única sirenita que conozco es la que se encuentra en Copenhague realizada en bronce sobre una gran piedra en la bahía del puerto, como homenaje al célebre escritor Hans Christian Andersen.
En fin, querido lectores, hoy he querido traer a esta sección de Gente de aquí y de allá a un personaje interesante relacionado con el mar y con la pesca, que es de allá, de Galicia, lugar tan relacionado con Huelva y Punta Umbría, es decir, con la gente de aquí.
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