Indignación de los vecinos de Urbasur por la ubicación de un chiringuito en las dunas

Casi nunca son buenas en el litoral onubense las relaciones entre el derecho al descanso de los propietarios de viviendas en urbanizaciones junto a la playa, la necesidad de explotar económicamente los recursos que las playas ofrecen y el respeto por el medio natural que caracteriza a buena parte de las playas de Huelva. De hecho, las fricciones entre estos tres elementos son constantes y, en algunos casos, muy evidentes. Como en el caso que está teniendo lugar estos días en la playa isleña de Urbasur, donde la instalación de un nuevo chiringuito ha hecho saltar todas las alarmas entre los vecinos, que lamentan que para ello haya sido necesario "desmochar" una duna protegida, así como "abrir zanjas" para las acometidas de agua y luz del chiringuito, e incluso "introducir" en el pinar aledaño la maquinaria pesada usada para su montaje y los camiones que transportan los materiales, con el consecuente "destrozo que se ha causado en un pinar protegido".

Así lo relata a Huelva Información Alfredo Rodríguez, propietario de una vivienda en la urbanización de Urbasur, muy cercana al lugar concreto donde, según sus palabras, el pasado miércoles comenzaron a trabajar las máquinas para instalar un nuevo chiringuito, cuya apertura "estaba prevista ya para este mismo fin de semana".

Los vecinos están "indignados" por esta actuación y prevén constituir una plataforma para iniciar acciones contra esta instalación, tales como una recogida de firmas, con el objeto de que se subsane esta situación". Para ello se han unido las aproximadamente 20 familias que viven en la zona de forma permanente y las "numerosas personas" que pasan allí sus vacaciones.

El problema surge cuando los vecinos se encontraron que la máquina pesada empezó a hacer zanjas en la zona conocida como El Pinar, así como en las dunas situadas frente a la calle Delfín para la construcción de un chiringuito. Según explica Rodríguez, lo más grave es que esta instalación se asienta "sobre una duna que delimita con el mar y que está protegida, al igual que el pinar circundante", el cual sostiene "pertenece al monte público y está lleno de carteles donde el Ministerio de Medioambiente avisa sobre actuaciones encaminadas a la protección de las dunas".

Para ello, "han metido allí maquinaria pesada y grúas, y han desmochado parte de la arena de la propia duna para obtener la plataforma necesaria que les permita colocar la estructura del chiringuito".

Asegura que los promotores de la instalación playera "han llegado con una concesión de cuatro años, según nos dicen, lo cual nos indigna", subraya.

Los vecinos dicen haber contactado ya tanto con la Dirección Provincial de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, como con la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Huelva. En el primer caso, afirma Rodríguez, "nos dicen que la administración autorizante es la Junta, desde donde a su vez se nos emplaza a personarnos en la Delegación de Huelva para darnos traslado del expediente". Pero además les aseguran que se trata de un chiringuito incluido en el plan de playas de este año del Ayuntamiento de Isla Cristina.

En este sentido y a pesar de que el chiringuito se hubiese instalado acorde a la legalidad, ellos consideran como una "barbaridad" que se hayan firmado informes favorables a su instalación. Tiene claro que "el daño que se ha hecho ya al entorno es prácticamente irreparable".

En base a las indagaciones realizadas por los vecinos hasta el momento, entienden que aunque hubiese una concesión de la Junta de Andalucía, ésta tendrá que contar con informe favorable de Costas, ya que "estamos hablando de un lugar incluido en el Dominio Público Marítimo Terrestre por ser una duna contra la que incluso bate el mar cuando las mareas son altas".

Curiosamente para acceder al chiringuito hay que pasar ante un cartel de Costas que advierte de que se trata de una zona protegida por eso entiende "aún menos" que "habiendo tan solo a unos cien metros del lugar tres o cuatro pasarelas de madera para acceder a la playa, lo haya puesto donde no llega ningún acceso definido.

Los afectados aseguran que no están contra del desarrollo económico, aunque afirman que "lo que no puede ser es que la economía se cargue un medio natural como es este pinar y estas dunas protegidas".