Homenaje póstumo a Manuel Sánchez, asesinado por ETA
El Consejo de Ministros concedió ayer, a título póstumo, la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a Manuel Sánchez Borrallo, guardia civil asesinado por ETA en mayo de 1981.
El agente, natural de La Zarza, falleció con 26 años junto a su compañero José Olalla de la Flor, cuando una bomba alcanzó el vehículo en el que viajaban en la localidad vizcaína de Lemona. Fue el 15 de mayo de 1981, cuando Manuel Sánchez formaba parte de un convoy de escolta de vehículos que transportaba explosivos para una cantera. A su paso por un montículo de piedras, explotó un artefacto oculto con 10 kilos de goma 2 y abundante metralla, alcanzando de lleno el coche en el que viajaba el onubense, quien falleció unos minutos después, al igual que su compañero. El tercer ocupante del vehículo, Anselmo Jiménez, resultó herido de gravedad.
Sánchez Borrallo se convirtió entonces en la cuarta víctima onubense del terrorismo etarra, tras las muertes del civil Lorenzo Gómez Borrero, natural de Santa Bárbara de Casa; y los guardias civiles José Miguel Maestre Rodríguez, de Aroche, y Moisés Cordero López, de Encinasola. Después fueron asesinados otros dos guardias civiles, José Fragoso Martín, de Isla Cristina, y Miguel Garrido Romero, de Santa Olalla, y el policía nacional José Manuel Cruz Martín, natural de la capital onubense.
Antes que todos ellos, el ex guardia civil César Pinilla fue asesinado en febrero de 1979 como jefe de la Policía Local de Munguía (Vizcaya). Era natural de Segovia pero fue enterrado en Gibraleón donde dejó viuda y una hija.
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