La Hermandad Matriz propone que se declare festivo el día 19 de agosto
Los hechos históricos ayer recordados se remontan al año 1810, cuando el capitán Pierre Dossau ordenó el alistamiento en la milicia a todos los varones de entre 15 y 60 años. La inviolabilidad de la orden disparó y soliviantó a los almonteños alimentando la insurrección popular y treinta y nueve hombres tomaron las armas para acabar con las tropas francesas y finiquitar la vida de Dossau en la calle Cepeda. La respuesta de las tropas napoleónicas no se hizo esperar y el Mariscal Soult ordenó "pasar a cuchillo a los vecinos y saquear e incendiar el pueblo". Un escarnio ejemplarizante para todos aquéllos que osasen derramar sangre gabacha y que darían cumplimiento una vez que se reuniera el batallón integrado por ochocientos infantes desembarcasen en la Marismas.
Los almonteños, atemorizados, pasaron la vigilia del 19 de agosto de 1810 rezando, con la fe puesta en que la Virgen evitase el derramamiento de sangre. Precisamente, antes de que las tropas pisaran el término condal, la Virgen del Rocío puso su mano y evitó el "exterminio de sus fieles", según cuenta la leyenda. Ya en 1813, una vez el pueblo dejó de verse sojuzgado por los franceses tanto el Ayuntamiento como el Clero y la Hermandad Matriz acordaron rememorar este voto para agradecer a su patrona el milagro de librarles de la ocupación napoleónica.
Destacar también, que hasta el momento y a pesar de la multitud de personas que se han reunido en la aldea, no se ha registrado ningún incidente destacado, según confirmaron fuentes oficiales. El dispositivo de seguridad del Ayuntamiento se mantendrá hasta el próximo día 22 de agosto.
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