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EMED 'resucita' la mina de Riotinto con 6.500 kilos de explosivos

  • La empresa tiene prevista la producción de concentrado de cobre a partir del verano La primera fase del proyecto de la multinacional supone una inversión de 200 millones de euros

EMED Tartessus llevó a cabo ayer la primera voladura controlada del Proyecto Riotinto, en el que trabajan ya alrededor de 400 personas, la mayoría de ellas de la comarca tras cumplirse el pasado otoño, 14 años de inactividad minera desde que la Sociedad Anónima Laboral, SAL, constituida unos años antes por los propios trabajadores, se viera obligada a echar el cierre agobiada por la baja cotización del cobre que hacía inviable económicamente su proyecto. Las cosas han cambiado y la empresa confía en que para el próximo verano se esté en disposición de producir concentrado de cobre.

El acontecimiento, por histórico y por toda la carga simbólica que llevaba de fondo, fue seguido con gran expectación por vecinos de la zona y, muy en particular, por agentes políticos, sindicales y socioeconómicos de una de las zonas más deprimidas de la provincia que, intenta resurgir de sus cenizas con las miras puestas en la reactivación del sector minero. No en vano, la Cuenca Minera de Riotinto ha perdido más de 2.000 habitantes desde la clausura de su principal eje motor económico: la minería. En la actualidad, alrededor de 16.000 personas, censo con el que llegó a contar Nerva a comienzo de los años 30 y mediados de los 50, viven en esta comarca de la que forman parte siete municipios: Berrocal, Campofrío, El Campillo, La Granada de Riotinto, Minas de Riotinto, Nerva y Zalamea la Real.

Paradójicamente, este alarmante descenso de población contrasta con el espectacular ascenso que la cotización del cobre experimenta durante el último decenio llegándose a mantener en una media de alrededor de 7.000 dólares por tonelada desde 2007.

La cotización del cobre no superaba los 1.500 $/Tn cuando la anterior empresa, dirigida por los propios trabajadores, se vio obligada a echar el cierre.

Tan solo un año después de su clausura, la cotización del cobre comenzó a repuntar a razón de 1.000 dólares la tonelada por ejercicio. Pero para entonces, cientos de trabajadores ya se encontraban en sus casas prejubilados y decenas de ellos comenzaban a formar parte de la alarmante cifra de desempleo que castiga a la zona. De forma paralela, fueron surgiendo todo tipo de movimientos especulativos para repartirse el patrimonio que quedaba al mejor postor.

Ahora, a pesar de las innumerables trabas que ha tenido que ir sorteando la reapertura de las minas de Riotinto, y las que aún tendrá que superar hasta su completa reactivación, todos quieren mirar al futuro con el optimismo que les negaron años atrás, pensando en que un nuevo resurgir económico para la Cuenca Minera es posible.

En el disparo de este primer barrero (detonación controlada de dinamita para abrir el terreno en busca de mineral) se han empleado 6.500 kilos de explosivo para volar 28.000 toneladas de mineral estéril a cielo abierto. La retirada de este material permitirá el acceso mediante una nueva rampa a las zonas de explotación correspondientes.

El objetivo principal del Proyecto Riotinto, propiedad de la multinacional EMED Mining, cotizada en las bolsas de Londres y Toronto, es la reactivación de la emblemática mina de Riotinto para la extracción de mineral cobrizo y producción de concentrado de cobre.

La empresa tiene previsto arrancar la producción de cobre a finales de este año cuando finalicen todos los trabajos de preparación en la que se encuentra sumida en la actualidad, entre las que se encuentra el reacondicionamiento de las instalaciones de tratamiento de mineral existentes hasta alcanzar una capacidad para procesar 5 millones de toneladas de mineral al año en una primera fase. Asimismo se están realizando ya preparativos en el área de minería, con los primeros sondeos de producción, establecimiento de la nueva flota de perforación, carga y transporte, arreglo de infraestructuras y primeros trabajos de desmonte para alcanzar las zonas de mineralización.

La multinacional invertirá en esta primera fase del Proyecto Riotinto más de 200 millones de euros que permitirán la creación de una plantilla estable de 250 personas, a las que habrá que sumar los puestos de trabajos indirectos e inducidos generados que podrían triplicar esa cantidad. Según la empresa, alrededor del 70% de los trabajadores en plantilla proceden de municipios de la comarca.

Paralelamente, la compañía está ya diseñando la ampliación de sus operaciones en Riotinto, con el objetivo de incrementar la capacidad de tratamiento de mineral de la planta entre los 9 y los 15 millones de toneladas, y alargar la vida de la explotación, con la puesta en marcha de un programa de investigación para identificar nuevas reservas.

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