Cartaya se viste de luto
Miles de personas despiden a los tres jóvenes, de entre 19 y 21 años, que murieron el pasado domingo en un accidente de tráfico entre las localidades onubenses de Paymogo y Puebla de Guzmán
Desde muy temprano, el redoble de las campanas de la parroquia de San Pedro Apóstol de Cartaya anunciaban ayer el luto y el pesar absoluto que desde la noche del pasado domingo vive la localidad. Un tañer de campanas que servía además para invitar a todos a despedir a los tres jóvenes fallecidos en Puebla de Guzmán en un trágico accidente de tráfico.
Así, y al objeto de dar el último adiós a Fernando, Ismael y Alfonso, cientos de cartayeros entre familiares, amigos, vecinos y conocidos, comenzaron a concentrarse de forma masiva y silenciosa en la plaza Redonda de la localidad, justo a las puertas de la parroquia y el Consistorio cartayero, cuyas banderas ondearán a media asta hasta la finalización de los tres días de luto oficial decretados el lunes por el Consistorio, nada más conocerse la noticia.
Miles eran ya las personas que pasadas las 10:30 horas, momento previsto para el inicio del sepelio, se habían dado cita ya en dicho lugar para recibir en primer lugar al féretro con los restos mortales del joven de 21 años Fernando González, que procedente de la capilla ardiente que ayer lunes fue instalada por expreso deseo de su familia en el estadio municipal de fútbol Luis Rodríguez Salvador de la localidad, fue trasladado a hombros de sus familiares y amigos hasta el interior de la parroquia, cubierto con la bandera rojinegra de la Agrupación Deportiva Cartaya, equipo de fútbol en el que actualmente jugaba.
Unos minutos más tarde fueron recibidos con emoción y tristeza los féretros que portaban los restos mortales de los otros dos jóvenes fallecidos en el accidente: Ismael Alfonso y Alfonso Palma, de 19 años cada uno, procedentes del onubense tanatorio del Atlántico, donde durante toda la noche también fueron numerosas las personas que acudieron a expresar su más sentido pésame a las familias de ambos.
Un silencio sepulcral, tan sólo roto por los continuos llantos y lamentos de sus familiares y amigos más cercanos, marcó la llegada de los cuerpos de los tres jóvenes a la parroquia cartayera, en la que, de forma conjunta, el cura-párroco del municipio, Manuel Domínguez Lepe, les ofició un sepelio. Sepelio que fue seguido por numerosos cartayeros desde el exterior del templo, ya que en su interior no cabía ni un alfiler. Y es que todo el pueblo ha querido despedir definitivamente en la mañana de hoy martes a los tres jóvenes fallecidos, además de estar cerca y mostrar su más sentido pésame y condolencias a sus familiares.
La tristeza y la conmoción, además del sentimiento de impotencia ante un suceso tan grave, han sido patentes a tenor de los rostros de todos y cada uno de los presentes, muchos de los cuales no pudieron contener las lágrimas de emoción.
Tal ha sido el sentimiento de dolor, que durante el breve pero intenso sepelio, tras el que los féretros fueron trasladados definitivamente al Cementerio Municipal de Cartaya, algunos de los familiares de los tres jóvenes tuvieron que ser atendidos por los efectivos de la Agrupación Local de Protección Civil tras sufrir diversos ataques de ansiedad.
Por supuesto tampoco faltaron a la despedida los miembros del cuerpo técnico y la plantilla de la Agrupación Deportiva Cartaya, los cuales entregaron a los familiares de Fernando durante un improvisado pero emotivo acto la equipación completa con la que éste jugó su último partido con el equipo rojinegro en la mañana del mismo domingo en que por la tarde se produjo el accidente.
En nombre de toda la plantilla, su primo y compañero de equipo, José Antonio Pereira Canito' manifestó tras el entierro, visiblemente afectado, que "pese a los tristes momentos que hemos vivido estos días, lo peor está aún por llegar cuando entremos en el vestuario y veamos que Fernando ya no está, ni volverá a estar nunca entre nosotros".
Y es que para Canito, Fernando era la "alegría" y la "sonrisa" del vestuario "porque siempre se estaba riendo y siempre tenía ganas de bromear con sus compañeros de equipo". Canito también ha tenido palabras de reconocimiento hacia los otros dos jóvenes fallecidos "ya que todos eran buenos chicos y todos amaban de una u otra forma el deporte".
Un motivo por el que el mundo del deporte de la localidad se encuentra "absolutamente consternado", según ha señalado el concejal de Deportes y Juventud cartayero, Alexis Landero, que con motivo de los tres días de luto decretados por el consistorio decidió el lunes suspender todas las actividades del Patronato Municipal de Deportes. Y es que para Landero, "esto ha supuesto un enorme mazazo para Cartaya, que ha perdido no sólo a tres jóvenes, sino también a tres deportistas, ya que todos eran usuarios de las instalaciones del Complejo Deportivo de la localidad, en las que practicaban habitualmente distintas disciplinas deportivas".
Por su parte Manuel Rodríguez, sobrino de Alfonso, otro de los tres jóvenes fallecidos, ha destacado tras el sepelio que se trataba de un "excelente chico, detallista con sus familiares y amigos, y cuya cara se caracterizaba sobre todo por su imborrable sonrisa". En definitiva, subraya Rodríguez, "se trataba de un chaval al que apreciaban y querían todos sus familiares, amigos y vecinos".
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