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El Archivo Histórico Minero de la Fundación Río Tinto da el nombre de Pedro Real a su Sala de Investigadores

Pedro Real, tercero por la derecha de la fila de abajo, sentado sobre el suelo, en una foto del Departamento de Contabilidad de la RTCL en 1953.

Pedro Real, tercero por la derecha de la fila de abajo, sentado sobre el suelo, en una foto del Departamento de Contabilidad de la RTCL en 1953. / M.G.

La Sala de Investigadores del Archivo Histórico Minero Rafael Benjumea, de Fundación Río Tinto, luce desde hoy un rótulo con el nombre de Pedro Real Valdés. Con un sencillo acto la Fundación ha querido rendir homenaje a la figura de una de las personas más activas en el conocimiento de la historia de la Cuenca Minera y la conservación del patrimonio, que al mismo tiempo se ha convertido en uno de los principales donantes de documentos al Archivo.

El propio homenajeado, junto al director general de Fundación Río Tinto, José Luis Bonilla, ha descubierto la placa bajo la que desde hoy pasarán todas las personas, más de 250 cada año, que acceden a la sala de consulta de documentos del Archivo.

Pedro Real, que se autodefine como “aprendiz de historiador”, es por sí mismo parte de la historia de la Cuenca Minera a la que tanto tiempo y cariño ha dedicado. Desarrolló una dilatada trayectoria profesional desde aprendiz en la Rio Tinto Company Limited (RTCL) británica hasta su jubilación como jefe administrativo de Tesorería en la Central de Madrid de Unión Explosivos Riotinto.

Nacido en Minas de Riotinto en 1936, con tan solo 14 años se incorporó en 1951 al Departamento de Contabilidad de la RTCL como ayudante en servicios administrativos, ejerciendo también funciones en el Servicio de Lista de la Central Eléctrica. En 1958, estando ya la compañía minera en manos españolas, ascendió a auxiliar administrativo. Ya como Oficial, desde 1964 ejerció la gestión administrativa del Hospital Mina, actual sede del Museo Minero. Solicitó una excedencia para trabajar en la Escuela Profesional de SAFA, pero en 1972 vuelve a la empresa minera, que por aquella fecha se encontraba bajo la denominación de Explosivos Riotinto, y se traslada a la sede Central en Madrid, donde se jubiló tras más de 40 años de servicios.

Pedro Real posando, junto al director general de la Fundación y el director del Archivo Histórico, bajo el rótulo con su nombre que desde hoy luce en la sala de Investigadores. Pedro Real posando, junto al director general de la Fundación y el director del Archivo Histórico, bajo el rótulo con su nombre que desde hoy luce en la sala de Investigadores.

Pedro Real posando, junto al director general de la Fundación y el director del Archivo Histórico, bajo el rótulo con su nombre que desde hoy luce en la sala de Investigadores. / M.G.

Sus inquietudes culturales y su interés por la historia de la Cuenca Minera, le han llevado a dedicarse plenamente a la investigación sobre el pasado de las Minas de Riotinto, tanto en su blog Recuerdos de Riotinto como en otras colaboraciones y trabajos publicados en diferentes soportes. Igualmente es autor del libro Desastre del pozo Alicia 80 años después: Minas de Riotinto (Huelva) publicado por la Diputación Provincial de Huelva en 1996. Entusiasta de la numismática, que para él es “otra forma de conocer la historia”, se ha prodigado también en coleccionar monedas.

Ha sido especialmente significativa la labor realizada en defensa y conservación del patrimonio histórico de Riotinto, sobre todo en lo relacionado con su patrimonio minero e industrial, destacando en este campo la recuperación de documentos relacionados con las minas de Rio Tinto. En esta faceta Pedro Real ha sido colaborador permanente del Archivo Histórico Minero de Fundación Río Tinto. “Su colaboración –afirma Juan Manuel Pérez, director del Archivo- se inició en 1994 cuando organizamos la primera exposición sobre los humos, en la que contamos con su asesoramiento y también con importantes documentos”.

Con el paso de los años Pedro Real se ha convertido en uno de los principales donantes del Archivo Histórico, al que ha aportado significativos documentos, tanto textuales como gráficos. La donación más reciente, hace apenas tres años, fue una importante colección de fototipias de finales del siglo XIX. “De este modo –comenta el director de Fundación Río Tinto- homenajeando a Pedro Real queremos mostrar nuestro agradecimiento a la figura del donante en general, sin cuya participación no podría entenderse un Archivo vivo”.

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