Un día como hoy hace 26 años, ocho policías municipales de Minas de Riotinto se pitaron el pelo de colores en señal de protesta y salieron a patrullar por las calles de la localidad. Con esta iniciativa, los policías iniciaron una huelga de celo para protestar por la actitud autoritaria del que entonces era jefe de la Policía Local.

Los ocho policías de Riotinto consideraban que "su superior estaba ejerciendo diariamente un abuso de autoridad y estaban recibiendo un trato claramente vejatorio, con el consentimiento del Ayuntamiento" como publicó este diario.

Los miembros de la Policía Local de Minas de Riotinto denunciaron "que los servicios a realizar estaban impuestos de mala manera y que la situación se había degenerado hasta límites insoportables". Los municipales denunciaban que "querían que se los tratara como personas que vivían en una democracia y el Ayuntamiento tenía la obligación de que esto fuera así". 

Los afectados se quejaban de que estaban continuamente amenazados con la apertura de expedientes y de vivir atemorizados ante las continuas broncas que recibían. Los policías afirmaron que continuarían con el pelo pintado de verde y amarillo hasta que no alcanzaran un acuerdo por escrito que estableciera claramente unas normas que no atentaran contra su dignidad.