Antonio Morón Alcaide: Futbolista máximo goleador del Recre y de España
Gentes de aquí y de allá
En la temporada 1973-74 tuvo el Real Club Recreativo de Huelva, el Decano presumió de un futbolista que era un auténtico hombre gol
A mucha gente le extraña lo que digo. Que fuese el máximo goleador del Recre se lo creen, pero cuando digo que fue el máximo goleador de todas las categorías de España, a muchos les resulta difícil de creer que un equipo modesto como el nuestro haya obtenido ese galardón. Pues sí, consulten las hemerotecas y verán que, en efecto, en la temporada 1973-74 tuvo el Real Club Recreativo de Huelva, el Decano del fútbol español, un futbolista que era un auténtico hombre gol.
Torpedo Morón, así le llamaba el periodista deportivo onubense Santiago Cotán Pinto, que nos radiaba todos los partidos del Recre fuese el campo que fuese, desde aquellos barrizales de tercera división hasta las catedrales del fútbol en la máxima categoría. Según me cuenta el propio futbolista, fue otro histórico del Recreativo, Isabelo Ramírez, quien acuñó llamarle así. Yo no iba mucho al fútbol en aquellos años porque estaba estudiando mi carrera en Madrid, pero cada vez que podía iba a ver jugar al Recre y recuerdo perfectamente que cuando el Torpedo cogía el balón, el portero del equipo contrario temblaba.
Nació en Almendralejo (Badajoz) en diciembre de 1949, por lo que ahora tiene 72 años. Empezó a jugar al fútbol en el equipo de su pueblo, el Extremadura, que militaba entonces en tercera división. Y en vista de que ya destacaba como goleador, lo llamó el Sevilla para hacerle una prueba. El entrenador de entonces era el austriaco Max Merkel, conocido como míster látigo, y dijo: “A ese jugador lo quiero”, asique el Sevilla lo fichó. Pero allí se encontró con un visionario del gol e ídolo de la afición como era el paraguayo Baby Acosta. A todo esto, le llegó el momento de hacer el Servicio Militar y lo destinaron a la bonita ciudad de Badajoz. Por eso lo cedieron mientras tanto a su club de toda la vida, el Extremadura. En la mili le dieron muchas facilidades, ya que su capitán era muy aficionado al fútbol, y ese año quedó campeón del grupo cuarto de tercera división, siendo él el máximo artillero con 24 goles.
Tal es la fama de goleador que llegó a adquirir, que el Sevilla lo recuperó. Y a todo esto que apareció por el fútbol José Luis Martín Berrocal como presidente del Real Club Recreativo de Huelva, que ofreció por él una cantidad importante y que él aceptó. En Huelva cayó muy bien y Martín Berrocal lo acogió como a un hijo. En aquella pretemporada el Recre se enfrentó al Sevilla, que estaba en primera, y le ganó por 3 a 0, con los tres goles de Morón. Después vino a jugar el Betis, que militaba en segunda, y Morón le hizo otros tres. Y ya en la temporada 73-74, siendo el entrenador Enrique Alés, Morón metió la nada despreciable cantidad de 30 goles y el equipo ascendió a segunda división. Esa campaña Antonio Morón Alcaide se convirtió en el máximo goleador, no solo del Recre, sino de toda España. Y eso que en el Barcelona estaba un magnífico goleador que era el asturiano Quini.
El periódico deportivo Dicen se hizo eco de la noticia y muchos equipos lo quisieron fichar. Aquel año el Recre subió a segunda y el Sevilla bajó a la misma categoría. Morón, después de haber estado tres temporadas en el Recre, fichó por el Salamanca, que estaba en primera división y fue el máximo goleador en la Copa del Rey junto a Cardeñosa. Aquel año no fue bueno para nuestro futbolista, ya que el entrenador que se encontró fue José Luis García Traid, al que el club charro le tenía en muy alta estima porque lo acababa de ascender de tercera a segunda y luego a primera. Pero a García Traid no le gustaba mucho el juego de Morón y no lo ponía nunca. Y eso es lo peor que le puede pasar a un futbolista, así que le ofrecieron irse al Oviedo y allí se fue. Hay que destacar que le metió un gol a Iribar y otro a Arconada, que eran los porteros de la selección nacional, los mejores guardametas de España.
Morón se casó en Huelva con una conocida jovencita de nuestra capital, por lo que se volvió a esta tierra, donde actualmente vive y “mató el gusanillo del fútbol” jugando y entrenando a equipos de la provincia como el Moguer, Cartaya o Ayamonte, hasta que se presentó a unas oposiciones para el Ministerio de Obras Públicas, donde hasta su jubilación prestó sus servicios en el Servicio Provincial de Costas de Huelva. Ahora solo añora del fútbol no haber jugado en estos tiempos y haber ganado el dinero que ganaría hoy siendo el Torpedo Morón. Él presume mucho de no haber sido expulsado nunca de un terreno de juego. Además, no metió más goles porque no quiso nunca tirar un penalti que no le hubiesen hecho a él, pues asegura que no le motivaba.
Hoy disfruta paseando por las calles de Punta Umbría y reuniéndose con sus amigos en bonitas y entretenidas tertulias como la que hemos mantenido junto a mi buen amigo Miguel Franco el Porras, que fue quien nos presentó.
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