Gentes de aquí y de allá

Alberto Germán Franco, escultor, hijo y nieto de pintores

  • Su obra más reconocida es la que representa a la dinastía de los Litri en la capital onubense

Antonio Germán Franco,  en pleno proceso de creación.

Antonio Germán Franco, en pleno proceso de creación. / H. I.

Todos los onubenses han pasado alguna vez por la escultura que está en la glorieta de la calle Pablo Rada de Huelva, en la esquina de la calle Montrocal. Pero no todos saben quién fue el autor de la estatua que representa a toda la dinastía de los Litri. Pues bien, queridos lectores, les voy a presentar al gran escultor que la proyectó y que realizó semejante obra de arte.

Se trata de Alberto Germán Franco, onubense de Ayamonte, aunque por circunstancias de la vida que no vienen al caso, su madre fue a tenerlo Sevilla. Y allí nació en el año 1970, pero al día siguiente ya estaba en Ayamonte, tierra de pintores y donde pasó toda su infancia estudiando sus primeras letras en el Colegio Rodrigo de Jerez. Después se mudaron a Castilleja de la Cuesta y a él lo mandaron a estudiar a Triana, en el colegio de los Hermanos Maristas. Más tarde llegó el momento de estudiar una carrera y, muy a pesar de su padre y otros allegados que no querían que estudiase Bellas Artes, ya que ese mundo es tan complicado, él estaba firmemente decidido a ser escultor.

Y es que cuando visitaba Huelva desde muy pequeñito, su abuelo Domingo Franco, que era pintor y estaba especializado en diseñar pergaminos, lo llevaba de paseo y le enseñaba curiosidades de nuestra ciudad. Y mira por donde, con solo 6 años, su abuelo lo llevó al estudio del gran escultor e imaginero Antonio León Ortega. Y tanto le impactó lo que le vio hacer, que ya se forjó en su mente lo que quería que fuese su futuro. Él quería ser escultor.

He nombrado al principio la estatua de los Litri, pero son cientos de esculturas las que tiene repartida Alberto por todas partes. Sin ir más lejos, hace solo unos días hemos realizado la cartografía del casco urbano de Bollullos de la Mitación, en la provincia de Sevilla, y levantando el plano de la Plaza del Verdeo, nos encontramos con una escultura de unas mujeres cargadas con un esportón de aceitunas, una obra de arte de nuestro buen amigo. Y, por cierto, una de las modelos de estas mujeres fue su hermana. Qué casualidad que prácticamente estaba yo escribiendo este artículo y me topo con esta escultura salida de sus manos y que está situada bajo el arco de la entrada del almacén de aceitunas que allí existía, respetando así este mismo lugar.

Alberto Germán Franco en pleno proceso creativo. Alberto Germán Franco en pleno proceso creativo.

Alberto Germán Franco en pleno proceso creativo. / M. G.

Y es que Sevilla está llena de obras de él. Por ejemplo, tiene una dedicada al torero Bombita en Tomares. Otra en Castilleja de la Cuesta, donde representó a los Hermanos Reyes. Otra a Chicuelo haciendo su célebre estampa de la chicuelina. Pepe Luis Vázquez también está representado en el lateral de la plaza de toros de la maestranza sevillana. También en la provincia de Cádiz, en Tarifa, por ejemplo, hay varias. Y como no, Huelva no se queda atrás. En la sierra tiene en casi todos los pueblos: Aracena, Jabugo, El Repilado, La Umbría y muchos más. En Ayamonte hay varias, como aquel homenaje tan bonito que le hizo a la Música. Sorolla también tiene su recuerdo realizado por Alberto.

Y el propio León Ortega, al que él le debe tanto, también quedó reflejado con motivo del centenario de su nacimiento den una escultura que nuestro protagonista donó generosamente al pueblo de Ayamonte y que está situada en la plaza que lleva su nombre. Y hasta la niña María Isabel, que cantó aquello de Antes muerta que sencilla, tiene su escultura que nuestro amigo le dedicó en un parque de su localidad. Al almirante don Cristóbal Colón lo representó en la Rábida, muy cerca de la entrada principal del monasterio. Y también en Moguer, en la Plaza de las Monjas, delante de la puerta principal del Monasterio de Santa Clara, tiene una obra de la que está muy orgulloso por estar en esta localidad tan monumental a la que él admira tanto por su cultura y rico patrimonio. Al Padre Laraña le dedicó un bajorrelieve en el propio colegio que durante mucho tiempo era conocido con el nombre de este sacerdote que tan grato recuerdo dejó en Huelva y que hoy se llama Funcadia. Aunque, incomprensiblemente, esta obra está de espaldas a la calle y no se ve desde fuera.

Seguir escribiendo de sus obras sería una tarea interminable. Y, como siempre digo, con estos artículos no se trata de hacer un catálogo. Esto solo es un breve bosquejo sobre mi amigo Alberto Germán. Aunque sí he de decir que en el extranjero también tiene obras. La última que yo recuerde es una figura del Papa que está en la Iglesia de Santa Luzia, en la basílica de Viana do Castelo, en Portugal. Y aunque no quiero cansar al lector, tengo que hablar de la obra mutilada que tiene precisamente en Punta Umbría.

Alberto ganó, en el año 1999, el primer premio del Certamen Internacional de escultura de Punta Umbría con una obra realizada en hierro soldado y que se instaló en unos jardines junto a otras. Pero esta fue destruida y robada su parte superior. En su momento lo comuniqué a la alcaldía y concejalía de Cultura del Ayuntamiento para que se arreglase, ya que el propio artista me comunicó que podría solucionarlo. Sin embargo, hasta el momento no se ha hecho nada. Aprovecho esta ocasión por si alguna autoridad municipal lee esta reseña y se interesan por ella, cosa que deseo fervientemente, así como que se cambie de lugar y ocupe otro sitio mejor como puede ser la propia plaza del consistorio. Y es que una obra de este escultor de tanta categoría no puede seguir así.

Alberto Germán Franco junto a uno de sus trabajos. Alberto Germán Franco junto a uno de sus trabajos.

Alberto Germán Franco junto a uno de sus trabajos. / H. I.

Y ahora, para terminar, paso a contar algo de su vida personal. Alberto vive en Aracena, que es su otro pueblo junto a Ayamonte, y allí tiene su estudio-taller. Pero va todas las semanas a Sevilla a impartir clases, porque es profesor de la facultad de Bellas Artes de la universidad hispalense. Además, viene también mucho a Huelva porque es académico de la Academia Iberoamericana de La Rábida, honor que tengo de compartir con él.

Hay que decir que él hizo su tesis doctoral sobre la vida y obra del escultor ayamontino León Ortega, que compartió estudio en la calle San Cristóbal de Huelva con el pintor onubense Pedro Gómez, también conocido como el pintor de los cabezos. Desde pequeño Alberto Germán fue como una esponja que absorbía todo el arte que había a su alrededor. Su abuelo era pintor y su padre también, siendo además este último discípulo de Pedro Gómez, con quien compartió muchas horas en el estudio. Con ellos Alberto aprendió mucho y, por nombrar a otros artistas que nada tenían que ver con su familia pero que también le enseñaron e influyeron muchísimo en su arte, citaré a Francisco Martin Cartaya, de quien guarda muy buenos recuerdos, o al escultor de Aracena Pepe Antonio Márquez, a quien tiene siempre como un modelo a seguir.

Y, para terminar, ahora sí, decir que mi gran amigo utiliza en sus obras todo tipo de materiales como barro cocido, bronce, madera, piedra, escayola, hormigón o piedra artificial, porque todos los domina. Alberto es un artista muy completo, pero, aparte de todo esto, es una gran persona, muy humano y admirable, a la vez muy sencillo. Por todo ello es un honor para mí ser su amigo.

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