Tribuna

La presa de Alcolea exige transparencia y abandonar la ficción (II)

  • Juan Antonio Millán, presidente de la Asociación de Promotores de Regadíos de Huelva

Presa de Alcolea.

Presa de Alcolea.

Es muy común encontrar multitud de expertos desde la lejanía de un despacho, hablar de las peculiaridades de la Faja pirítica y emitir informes, que como bien se sabe el papel aguanta todo. Siendo los regantes los mayores interesados en su calidad, encontramos acertado que Deltares destaque al igual que Cedex la importancia de valorar una mayor cantidad de datos de campo, para realizar una prognosis adecuada y así evitar cualquier tipo de dudas- mientras no dispongamos de datos, todo se centrará en un debate de moralidad y no de viabilidad que es lo que nos atañe, dándole cancha a unos pocos.

La mejor prognosis es la experiencia, y esa es la base de que en todos los pantanos de Huelva gocen de las mismas características y sus aguas sigan siendo aptas para todos los usos, es lo evidente y real. A Coprehu le consta que la información suministrada a Deltares es la misma que al Centro de Estudios Hidrográficos Cedex, la cual ha sido contrastada y pública –extraída de la red REDIAM–.

Una gran desconocida es la realidad económica social del sector agrícola en Huelva, haciéndola número uno en exportación a nivel andaluz en lo que llevamos de año, y eso es gracias a sus regadíos sostenibles, eficientes y como no, por un producto de primera calidad que junto a la extensa gama de los mismos es valorada en los mercados internacionales, haciendo del producto de Huelva un emblema de calidad y no percibiéndose como commodity. Huelva ha llegado a nivel que no de extrañar que detrás de todos los detractores del regadío de nuestra tierra, se encuentren grandes lobbys internacionales de otros países competidores en mercado que les interese alimentar organizaciones que actúen de modo coadyuvante en la implantación de barreras a la ventaja competitiva que suponen los frutos rojos en Huelva.

Y como no, recurrir a la minería como actividad lesiva al medio ambiente sin la cual en estos momentos sin minería metálica no podríamos difundir esta noticia, al igual que multitud de actividades que realizamos en nuestro día a día -sin minería pocas actividades serían posible-. En un intento de esbozar un paisaje gris, hacen uso de la mina de Rio Tinto con su balsa de residuos (182 mill m3), creando mensajes fáciles y sensacionalistas en los cuales dan por supuesto que el lector es neófito en la materia y así pueden alimentar el supuesto monstruo, y sin fundamento generando un debate sobre perjuicios a la salud. Déjenme que les explique, las minas actuales que se explotan en Huelva con licencia, tienen garantías económicas de cumplimiento de la Autorización Ambiental Unificada (AUU), la cual garantiza el vertido cero de contaminantes y además cuentan con un plan de restauración ambiental antes del cierre. El problema del pasivo minero acumulado viene de la época de los fenicios, y posteriores actividades minares de las cuales son responsables subsidiarios las administraciones competentes en minas y medio ambiente que lo consintieron. Esto lo sabe bien la Diputación Provincial de Huelva, que ha aprobado una moción para recabar fondos UE y Next Generation para una gran restauración ambiental del pasivo minero en el que colaboran Aminer, Corehu y MAS-Giahsa.

Toda la información que recabó el Instituto Deltares en su primer informe fue facilitada por la Junta de Andalucía, la cual realizó de modo muy acertado el encargo del estudio y para ello les aportó ocho documentos de rigor científico contrastado y oficiales. Siendo respetuosos con la independencia científica del Instituto, en ningún momento conminaron a la Institución a que el informe debía ir en un sentido. Por el otro lado, la FNCA basa toda fundamentación en un informe por ellos y realizado en remoto sin datos reales –pruebas que no aseguran la cadena de custodia, ni obtenidas por un organismo reconocido– , en la cual a través de un copy-paste hacen un compendio de artículos del cual intentan sacar una visión holística del Odiel. El informe se encuentra redactado por Leandro del Moral entre otros, siendo este último el cual presume de sentar Cátedra en una disciplina tan técnica como la calidad de las aguas sin haber sujetado en su vida un matraz -zapatero a tu zapato-. Siendo octogenario y habiendo vivido muchas experiencias, le sugiero a la FNCA que realice un trabajo introspectivo -háganselo mirar- y realicen una revisión de la cuadrilla, porque ahora tienen la intención de apagar un supuesto fuego encabezado por el pirómano, queriéndosela dar de bombero –recuerden que Joan Corominas es el responsable de que se ejecutara la presa y ahora es su mayor detractor, ostentando la vicepresidencia de la FNCA–.

Los documentos que la Junta ha enviado a Deltares, son los mismos facilitados al Centro de Estudios Hidrológicos del Cedex que en 2011 se les consulto sobre la calidad del agua y mostró su conformidad con el Diagnostico de Impacto Ambiental de Alcolea aprobado en el 2000 y que esta vigente, ya que no se han producido modificaciones sustanciales ni en el proyecto, ni en el entorno, Cedex dice ahora necesita mas tiempo para el estudio que se le requiere desde enero de 2020.

Comenzamos en este mes el año hidrológico y todavía no tenemos conocimiento de la instalación de equipos de medición en el río Odiel, por favor seamos serios y no basemos un asunto tan importante como la presa de Alcolea –supondrá un crecimiento del 11% del PIB en la provincia– en un cruce de notas de prensa e informes tendenciosos de grupos conservacionistas.

La presa no solo es un elemento de desarrollo socioeconómico, sino que cumple una actividad aun más importante si cabe. Cada vez son mas usuales los eventos naturales de corte catastrófica debido al escenario de cambio climático en el que vivimos y más en una zona como la nuestra donde nos encontramos entre zona templada y zona subtropical. Ello hace necesario disponer de estructuras de regulación como la presa de Alcolea para paliar los efectos de las grandes avenidas y antagónicamente embalsar agua para periodos de sequía. Evitando así las graves consecuencias en la sociedad del libre albedrío del clima.

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