Ni sumando los tres estados que quedan por recontar, sumaría los votos para mantenerse en el poder.

Le pediría al doctor Simón que no ejerza de político, para eso está Illa, y que no se deje arrastrar por la fama.

La primera ola nos cogió sin recursos sanitarios humanos y materiales. La de ahora, también.

El poemario del profesor onubense Manuel González Mairena es un gozo y un pozo de nostalgia.

La deslealtad política, la guerra partidista, el asalto al poder en uno u otro lado, la falta de políticas de Estado.

Lo malo es utilizar la rabia y la desazón por no haber llegado al poder y poner palos en la rueda de la gestión.

El asunto está empantanado políticamente y mucho más cercano a un cúmulo de despropósitos que a la gestión.

Ha roto la normalidad; ha generado una enorme inquietud en el presente y sobre todo en el devenir.

Eva Rodríguez presenta el próximo 17 un libro necesario, no escrito hasta ahora por absurdas razones.

Los detentadores del poder, esos usurpadores de la democracia real, han vuelto a hacerse con las riendas.