Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
EL CB Conquero ha sido la última víctima del sistema, del mal sistema. Las chicas del baloncesto, en la máxima categoría nacional, han puesto una pica en Flandes y se negaron a entrenar hasta que el club no se comprometiera a pagarles sus nóminas. Habrá quien piense que tal cual las posibilidades de Huelva, es posible que algunos clubes vivan por encima de sus posibilidades. Es posible. Pero ni es el primero ni será el último en sufrir las carencias mientras que no se piense en serio qué queremos respecto al deporte onubense.Recuerdo el Aguas de Huelva, el Ciudad de Huelva, Estudiantes, el propio Sporting y a título individual campeones del mundo en diferentes disciplinas deportivas. Algo no cuadra y da la sensación que las administraciones dejan al deporte como algo complementario que se apaña por sí solo, cuando a todos se les llena la boca cuando llegan las medallas y los títulos diciendo que el deporte es importantísimo para la salud de la sociedad.
Huelva, a la cola de muchas cosas para sus inmensas posibilidades, no acaba de despegar y eso es una realidad tangible. Falta una hoja de ruta consecuente y la unión de los deportistas en un fin común. Nadie exige que el dinero salga de las arcas públicas teniendo otras necesidades de primera magnitud. Se trata de gestión, de ver lo que hace falta realmente. Falta la implicación de la empresa privada, que algunas de ellas bien que se han beneficiado de Huelva. Falta que los concejales de deportes y diputados no sean meros cargos figurativos. Falta que los primeros espadas se conciencien de la prioridad de establecer un proyecto común en el que entren todos y cada uno los clubes y deportistas que tanto ilustran a esta tierra.
Hoy no hablaré del Recre aunque podría meterlo en la terna de decepciones. Hay otras vidas y otros deportes. Hay esfuerzo y triunfos. Hay compromiso y banderas azules y blancas que se enarbolan al viento en defensa de la tierra. Hay un camino difícil y tortuoso antes de colgarse preseas en el cuello. Luego, al amparo de un salón es fácil ponerse en la foto, y lucir sonrisa profidén. O perfume de L'Oreal porque yo lo valgo. Ya es hora de tomarse el asunto en serio. Porque hasta el momento da la impresión de lo contrario. Que se lo pregunten al Conquero. O a Emilio Martín o a Carolina. Que le pregunten a ellos.
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