Cuando truena...

04 de diciembre 2025 - 03:07

Aunque son muchos los refranes, dichos y proverbios que el lenguaje popular castellano usa con frecuencia, no podemos olvidar, hoy día 4 de diciembre, uno de ellos que une la tradición meteorológica con una devoción especial muy española. Me refiero a ese dicho de que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Y es que en esta fecha celebramos desde hace más de quinientos años la festividad de esta santa apodada “la guerrera del cielo”.

Desde que por primera vez se utilizó en la historia de occidente la pólvora, en nuestra querida y onubense ciudad de Niebla, apareció, llegada la época cristiana, la devoción a esta santa que se asociaba con el ruido, por lo que al ser las explosiones más normales las de las tormentas, cuando estas aparecían de tarde en tarde, se invocaba a Santa Bárbara.

Pero dicha santa cristiana también unió su nombre a la minería, por lo que en Huelva, provincia eminentemente minera, tiene una especial predilección y devoción en muchos de nuestros pueblos, que en esta fechas recuerdan a su Patrona con actos religiosos y festivos.

Por si fuera poco la milicia también la acoge en su calendario de celebraciones, al ser Patrona del arma de Artillería, ligada de forma especial y profesional a nosotros en recuerdo de ser la vieja

Ilipla romana, y después musulmana, donde se usó como arma de guerra la pólvora.

En Huelva, allá en los años cuarenta del siglo pasado, la ceremonia religiosa principal en honor de la Santa se llevaba a cabo con toda solemnidad en el templo de la Merced, donde se reunía el arma de Artillería y numeroso público, de lo que doy fe al habitar en aquella bella y castiza plaza onubense.

Con los años el recuerdo a Santa Bárbara sufrió muchos altibajos, de ahí vino el dicho de que sólo cuando oíamos tronar la tormenta, siempre acudíamos en su auxilio, tradición o costumbre que también se tornaba en oraciones pidiendo amor, suerte, prosperidad y paz, existiendo textos muy curiosos con más de doscientos y trescientos años de existencia.

Santa Bárbara sigue en nuestros corazones con manto rojo, símbolo del martirio. En sus manos lleva un libro que podíamos pensar que invoca su conversión a la fe católica.

Con tormenta o sin ella, hoy nos hemos acordado de implorar su ayuda.

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