Sigue el enigma

La Asociación Major William Martin continua con entusiasmo su vida, llenando de curiosa información la historia de un relato que fue uno de los puntos álgidos para el final de la II Guerra mundial.

El conocido personaje, que dio nombre a la famosa aventura, cuajada de enigmas, del Hombre que nunca existió, sigue viviendo entre nosotros en esa nebulosa entre la realidad y la ficción. Una continuada serie de actos y eventos recordatorios de su figura y hazaña de guerra, vienen cubriendo muchas celebraciones en Huelva, gracias a la labor de la Junta Directiva de la Asociación que lleva su nombre, que de manera tan excepcional lleva adelante su presidente Leopoldo Sánchez Pallarés, nuestro querido Leo, y con él, Curro Azcárate como Secretario de la misma y un conjunto de colaboradores magníficos.

Siempre recordaré cómo inculqué la curiosidad de esta historia, cuando apenas nadie la conocía, al padre de Leo, en nuestras charlas diarias en el diario Odiel, y cómo él, con tanto cariño, la pasó a su hijo.

En ese correo universal que es el WhatsApp, las informaciones y actividades de la Asociación se mantienen diariamente viva, cautivando más la atención sobre el Major W.M. La libertad en escribir da cauce a muchas opiniones y también a invenciones que hay que comprobar.

Cuando por primera vez hablé de este tema, allá por el comienzo de la década de los cincuenta del pasado siglo, dando a conocer después, lo sucedido en Huelva, en mi libro El Enigma de William Martin (disponible en Amazon), no podía figurarme cómo iba a implicarme en él.

Mis charlas con personajes que participaron en este caso de espionaje, tanto alemanes, principalmente, como ingleses y de otras nacionalidades, numerosos viajes al extranjero, horas en archivos oficiales y particulares, conversaciones etc., son capítulos de mi vida guardados, la mayoría de las veces en silencio, que me hacen admirad cada día más esta estrategia del espionaje bélico.

Mi aplauso a la Asociación onubense por su empeño en divulgar la historia de W.M., que es sin duda un patrimonio histórico para Huelva.

Al Hombre que nunca existió, mudo testigo de todo, le queda prolongada vida por contar. Que la fantasía de muchos no desdibuje la verdad de muy pocos. Enhorabuena Leopoldo.