Los señores de la guerra

02 de julio 2025 - 03:06

Mientras en España estamos preocupados por la dimisión de Sánchez, por la entrada en prisión de Cerdán, por el congreso del PP, las denuncias de Abogados Cristianos, el mundialito de clubes o lo último de Alvise o Abascal; los señores de la guerra siguen a lo suyo. Netanyahu masacra a los gazatíes como si estuviera jugando a la play, Trump bombardea Irán porque él lo vale y es el más chulo del barrio, Putin dice que para chulo él y decide no respetar ninguna tregua en Ucrania y los de la OTAN hacen la pelota a papá Trump y aceptan que el dueño del cortijo les suba a un 5 por ciento la cuota y les obligue a comprar las armas a EE.UU.

La industria militar necesita de guerras para colocar sus productos. La industria asesina de las armas necesita de muertos para que sus dueños consigan grandes beneficios económicos. Lo importante es el dinero, las vidas humanas valen un carajo. ¿Qué más da que mueran miles de personas si gracias a mis fusiles de asalto, mis drones, mis carros de combate o mis misiles yo me estoy forrando?

Los señores de la guerra no tienen sentimientos. Los gobiernos que los apoyan están constituídos por miserables, por seres sin humanidad, por tiranos que califican el asesinato de niños, ancianos o mujeres como daños colaterales. El eufemismo para tranquilizar una conciencia que no poseen. Los señores de la guerra meriendan tranquilamente y no dudan en asesinar si con ello consiguen sus fines: que el odio siga presente, que el ser humano sea incapaz de dialogar para solucionar sus problemas, que el afán de posesión prime sobre la solidaridad del compartir.

Los señores de la guerra deben desaparecer. Para ello se hace necesaria una cultura de la paz fuerte, en la que la semilla del odio desaparezca. Hace falta una cultura de la paz que fomente la justicia, las relaciones de fraternidad. Es imprescindible una cultura de la paz que estrangule la industria armamentista, una cultura de la paz que no entregue ni un euro para las guerras, aunque nos digan ilusos, hemos de reivindicar la desaparición de estructuras militares que sólo causan muertes y sufrimientos, que destruyen sueños, familias, países enteros. No a la guerra, no a los señores de la guerra…

Sólo desde la paz se puede construir la justicia.

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