La saga continúa

'EL CORREDOR DEL LABERINTO: LAS PRUEBAS'

Multicines La Dehesa Islantilla, Cines Aqualón Puerto Huelva, CineVip Lepe, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos, 2015.- T.O.: 'Maze runner: The scorch trials'.- Duración: 131 minutos.- Dirección: Wes Ball.- Guión: James Dashner y T. S. Nowlin basado en la trilogía de James Dashner.- Fotografía: Gyula Pados.- Música: John Paesano.- Montaje: Dan Zimmerman.- Intérpretes: Dylan O´Brien, Ki Hong Lee, Kaya Scodelario, Thomas Brodie-Sangster, Giancarlo Esposito, Adan Gillen, Barry Pepper, Patricia Clarkson, Lili Taylor

Supongo que el lector admirador habitual del cine si sigue estas críticas se imaginará fácilmente lo sencillo que le ponen al crítico estas sagas, secuelas, continuaciones, segundas versiones o lo que sea de películas de éxito -en la taquilla- que es lo usual en nuestra cartelera. A veces, como también pueden imaginar, lo difícil es encontrar otras frases para considerar lo mismo. La película que ahora analizamos es ni más ni menos que la siguiente entrega de El corredor del laberinto (2014), que viéramos hace poco menos de un año.

No hace muchos días nos ocupábamos de la crítica de la secuela Divergente (2014), que se reponía en sesiones de Cine Joven. Era inevitable hablar del precedente más directo, la saga que se inició con Los juegos del hambre (2012), de Billy Rose basada en la novela de Suzanne Collins. Pero tendríamos que referirnos también a The Host, (2912), de Andrew Niccol basada en la novela La huésped, de Stepphanie Meyer; a Cazadores de sombras: Ciudad de hueso (2013), de Harald Stuart basada en la novela de Cassandra Clare; El juego de Ender (2013), de Gavin Hood o Hermosas criaturas (2013), de Richard LaGravenese según la novela de Kami García y Margareth Sthol, de cuyas valoraciones cedemos la consideración a los lectores que conozcan estas películas.

Estamos ahora otra vez en la saga épica justo cuando dejábamos al protagonista Thomas y al resto de los Clarianos comprometidos con un esfuerzo aún mayor que el desplegado en el relato anterior. Debían indagar en las pistas sobre la misteriosa y poderosa organización denominada C.R.U.E.L. (Catástrofe y Ruina Universal: Experimento Letal). Su odisea les conduce a la Quemadura, un desolado e inhóspito lugar donde se enfrentarán a los más insólitos obstáculos. Unidos a los miembros de la resistencia, los Clarianos lucharán contra fuerzas muy superiores y descubrirán escalofriantes planes que se han urdido para aniquilarles. Un destino realmente incierto y arriesgado.

Una vez más volvemos a las distopías juveniles en la órbita de las adaptaciones de novelas para adolescentes o jóvenes que se han puesto de moda en los últimos tiempos y cuya tendencia se debe tanto a la fácil comercialidad del producto como a las tendencias imperantes de signo negativista, propio del pesimismo, el relativismo o la fatalidad que nos invaden. En principio puede resultar un camino fácil para el director, Wes Ball, de gran experiencia en el diseño de efectos digitales o visuales para la cadena HBO y autor de sobresalientes cortometrajes, entre ellos el muy celebrado Ruin (2011), que pareció un buen aval para emprender su primera película basada en la novela inicial de la trilogía, The Maze Runner, de James Dashner. Un argumento de nuevo inconsistente que repite hasta la saciedad las situaciones y las actitudes de sus protagonistas.

QUIROGA