Por si acaso

Pablo Gutiérrez-Alviz

pga@grupojoly.com

El rincón del vago

La única vía para combatir la vagancia sería implantar un sistema educativo que fomente el esfuerzo

Los españoles y especialmente los andaluces cargamos con una injusta fama de holgazanes. Como si fuéramos el rincón del vago en Europa. Los hay, como en todo el mundo, pero trabajamos de verdad. En todo caso, la única vía para combatir la vagancia sería implantar un sistema educativo que fomente el esfuerzo, la responsabilidad y la excelencia. Me temo que la realidad patria y más aún la de nuestra región es bien distinta.

Los recientes estudios sobre el abandono o fracaso escolar y el último informe Pisa que evalúa los conocimientos de los estudiantes siguen siendo muy negativos. La Consejera de Educación, Adelaida de la Calle, se ha felicitado porque en Andalucía el nivel de abandono escolar está en mínimos históricos y justifica los malos resultados del Pisa al proceder de un error de los calificadores que, según ella, tomaron como referencia los colegios con alumnos de peor condición socioeconómica.

Por otra parte, en España existe una fuerte tendencia en contra de los deberes escolares en casa y además se cuestiona la eficacia de que el cateado repita curso. También se observa que el Plan Bolonia ha degradado el nivel universitario y que cada vez son más corrientes los plagios, no solo entre los alumnos que utilizan la web de El rincón del vago, sino entre los mismos profesores y hasta por el rector de una Universidad madrileña, según aseguran. La Hispalense sufrió hace tiempo una penosa polémica sobre los derechos del alumno que cogieran copiando en un examen.

En Andalucía resultan alarmantes los llamados "aprobados de despacho". El más notorio ha sido el del estudiante que en septiembre sacó un dos en Historia de España con un examen casi en blanco. No obstante, la delegación competente de la Junta lo aprobó porque apreció en el alumno signos de madurez.

Este cúmulo de informes podrían cansar a la señora De la Calle y lo mismo solventaría el problema educativo regional de un plumazo: doctores y graduados andaluces por un tubo. Sin poner deberes y todos aprobados por decreto, no existirían los marginales repetidores ni cabría el abandono escolar. Luego, en la universidad, copiando y plagiando seguro que alguno llega a rector en Madrid sin despeinarse.

Lo malo es que el informe Pisa de los próximos años sería demoledor, pero entonces Adelaida, o quién lleve lo de la educación andaluza, se inventará otra excusa. Al final: el rincón del vago.

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