
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Vida bendecida
No hace muchos días leíamos en un titular periodístico que “Una mayoría de españoles da por liquidada la legislatura tras los casos judiciales que cercan a Sánchez”. Es clamorosa la sensación de hundimiento que el Gobierno muestra, como un barco a la deriva, con varias vías de agua que sus atribulados tripulantes tratan de tapar a la desesperada.
El Ejecutivo, que angustiosamente intenta sobrevivir al vendaval de acusaciones y sospechas, navega a merced de otra amenazante galerna que le imponen algunos socios de gobierno –otros callan convenientemente porque les va muy bien–, especialmente Puigdemont, incansable mendicante de favores y exigencias independentistas, muchas de las cuales le ha concedido Sánchez, en detrimento de otras comunidades para mantenerse en el cargo.
Pero en esta inadmisible usurpación del poder y la intervención abusiva de los instrumentos del Estado de Derecho, es evidente una peligrosa deriva hacia el autoritarismo y la supresión de los contrapesos institucionales sin precedentes en la España democrática.
Y todo por seguir las exigencias impuestas por un prófugo sin escrúpulos que nos lleva al ridículo en la eurocámara tratando de imponer el catalán como lengua oficial y la penosa actuación del presuntuoso ministro de Exteriores, José Manuel Alvares. Un bochorno que puede repetirse si la UE sanciona a España por su empeño en oponerse a la OPA del BBVA.
Son muchas, entre otras razones de abuso antidemocrático, que nos asombran cuando vemos en tertulias muy cercanas como sus protagonistas, que demandan con entusiasmo un cambio de gobierno, se muestran encandilados porque, según ellos –con un voluntarismo de alardes linerales pero con un lastre neomarxista en su pasado del que no acaban de desprenderse– Pedro Sánchez “ha ganado el relato”.
Pero ¿qué relato?... ¿El de las falsedades y los embelecos, el del asalto a las instituciones que fundamentan el Estado de Derecho, el desprecio a la independencia judicial, el del insulto a los jueces, el de la mordaza a los medios críticos, el del cupo de financiación que favorece a los insolidarios nacionalistas y los hurta a Andalucía y a Huelva necesitada de inversiones e infraestructuras… alta velocidad, obras hidráulicas…?
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