Chungaleta

Este pueblo salvaje nuestro

Papas con choco

Empiezo estas papas con chocos con un frase hecha, y que bien todos conoceréis respecto a lo desarrollado posteriormente: todo parecido con la realidad puede resultar pura coincidencia. Es a cuenta de este maravilloso pueblo salvaje nuestro llamado Huelva, del que todo forastero que llega, se va alabando y embelesado de sus costumbres, su día a día, su gente… sus infinitos encantos, en definitiva. Pese a eso, nosotros, los nativos, nos enfrentamos a nuestra propia tribu, empecinándonos en ser un verdadero pueblo salvaje, no cuidando ni creyendo nuestra historia, nuestro potencial y, por ende, el de nuestros paisanos. Alentando así a que pueblo salvajes anexos se afanen en querer arrebatarnos lo nuestro con constantes intentos, dada nuestra apatía.

Entre algunas de sus aventuras, en este pueblo salvaje tenemos a favor haber sido el puerto desde donde unos valientes se embarcaron con la certeza de llegar a otro mundo. Tenemos, entre otros, desde un Nobel de Literatura hasta una recién galardonada Premio Princesa de Asturias, y un conocido producto gastronómico que es la envidia del continente.

Hemos sido capaces de luchar, saliendo victoriosos tras echarnos como pueblo civilizado a la calle, por un escudo y su historia decana en España, el cual se afanan también en arrebatarnos con continuos ataques desde pueblo salvajes anexos, llegando, incluso, a tergiversar la historia. Con sangre y sudor se defendió y salvó, llegando a establecerlo Bien de Interés Cultural, pero de nuevo, a la hora de la verdad, los que viene son empresarios del pueblo salvaje anexo, que, jugándose la entidad la vida, anteponen evidentemente una faena de su Morante de la Puebla desde el callejón de la Real Maestranza.

Asumimos que somos la provincia con peores comunicaciones, pese a tener la mayor extensión de playas de arena fina, y más horas de sol, para envidia de España. Y por tener, tenemos una baraja de artistas con renombre en el panorama nacional: Paco Roca, Martirio, Rocío Márquez, Arcángel, Pitingo y, cómo no, NUESTRO don Manuel Carrasco Galloso, que irradia onubensismo desde el mismo verde de sus ojos. Resalto lo de NUESTRO porque, ante un nuevo brote de celo y complejo, hemos sacado de nuevo nuestra versión más arcaica y, cual pueblo salvaje, nos enzarzamos entre nosotros mismos en una batalla sin sentido. Que sigan sonando sus quejíos de fandangos de Huelva en cada noche allá por donde vaya. ¡Que viva la Higuerita Marinera, y viva Huelva!

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