El Portil ya es viral en Tiktok

08 de agosto 2025 - 03:07

érase Se una vez una ciudad olvidada en el extremo occidental del sur de España. Un pequeño rincón que, pese a su desconexión del resto del territorio nacional y a sus pésimas conexiones con el mundo, comienza a ganar protagonismo cuando llega el verano.

Curiosamente, la capital con más horas de sol del país se alza como uno de los grandes refugios del turista durante el período estival. Es por eso que estos días de vacaciones, mientras esquivaba toallas hasta encontrar un hueco junto al mar, no paraba de pensar en la imagen de este idílico paraíso durante el resto del año.

El Portil, ese término costero -a veces invisibilizado- en el que tengo la suerte de residir cuando también hace frío, estos días es otro. Los comercios están llenos, en los bares no hay sitio y los domingos parecen sacados de un dibujo del británico Martin Handford en el que encontrar a Wally se convierte en el principal reclamo.

Mientras apuro mis días de descanso en el periódico sin dejar de darle vueltas a si los merezco (el síndrome del periodista, lo llaman), me fijo en lo rápido que pasa todo y en cómo un lugar, aún siendo el de siempre, puede cambiar tanto.

Cuando llega el invierno, en El Portil solo se escuchan pájaros, el ruido de las olas y el del propio silencio haciéndome volver a mí cuando el ajetreo del día ha terminado de hacer su trabajo. Resulta paradójico que ahora, cuando más necesitados estamos de parar y respirar, “mi playa” pase a ser la Gran Manzana llena de gente pegada al móvil en bañador, cenando sin mirarse, paseando mientras graban audios de WhatsApp y deseando que no se acaben esos días tan esperados en los que, con total seguridad, no estén desconectado.

Un oasis. Una tregua. Un remanso de paz. Todo eso que buscamos en los lugares más insospechados pierde fuelle al no despegarnos de TikTok ante la ansiedad (o el fomo) de perdernos algo.

Ojalá volver a la época de las cabinas y las cartas. Ojalá agosto volviera a oler a mi padre, a chanclas de goma para bañarnos en el río, al Conejo de la Suerte, a despedidas, a reencuentros, a verano. A los de siempre. A lo de antes.

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