Poema rosa

La vida de Juan Ramón Jiménez guarda para nosotros, fieles admiradores de su obra, muchos puntos curiosos y anécdotas que nos acercan a su continuo recuerdo y siempre al cariñoso homenaje a su pueblo.

La personalidad del poeta impregnó su imagen desde su más tierna edad, como siempre me contaba mi entrañable amigo y Premio Nacional de Literatura, como era nuestro admirado Curro Garfias, en charlas amables en un banco de la plaza de la Monjas moguereña.

Juan Ramón, con algunos problemas de salud en su adolescencia, llegó a Madrid con dieciocho años, llenando su espíritu de la grandeza de la gran ciudad, donde sembró tanta admiración y poesía a través de su estancia en ella.

Me contaban que en aquellos primeros pasos por los madriles, su refugio familiar estuvo hecho realidad en la amistad de un matrimonio que de forma generosa y entrañable le apoyaron. Se trataban de un médico, Luis Simarro y de su esposa Mercedes.

A veces, los amigos, en especiales circunstancias, dejan profundas huellas, como ocurrió con Juan Ramón en esta primera estancia en la capital de la nación y donde Mercedes Roca, tuvo un especial papel con el poeta universal.

La muerte inesperada de esta dama, de forma prematura, influyó mucho en la sincera amistad con Juan Ramón que en su espíritu creativo diseñó una tumba para ella de una forma especial y que se diferenciaba de las que le acompañaban en el cementerio madrileño de La Almudena, ya que era de color rosa.

Un poema en mármol de color, que ponía una rima de armonía en versos de piedra a tan apreciada amiga.

Esto era desconocido de muchas gentes hasta que, según me cuentan, un profesor universitario, Javier Bandrés, descubrió esta sepultura.

Todo en la vida y en la historia de Moguer está salpicado de curiosas vivencias donde nunca falta la belleza del arte y de las rimas en cualquiera de sus expresiones.

Me encantó conocer esta obra en piedra, de un poeta que dejaba su firma anónima en un verso de dolor ante la muerte de una gran amiga.

Nuestro Juan Ramón poeta de versos, de diseños, de música y también de mármoles. La suavidad rosa de la tumba de Mercedes, es otro cantar hecho poesía de amistad, nobleza y recuerdo.